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Tribuna:GESTIÓN AMBIENTAL EN LA EMPRESA
Tribuna
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Industria y Medio Ambiente en el País Vasco

Afirma el autor que los sectores de la economía vasca deben seguir apostando por la ecoeficiencia y la excelencia ambiental.

Antxon Olabe

El informe sobre Gestión Ambiental en la Empresa Española: Avances hacia la Sostenibilidad publicado en 2004 por la Fundación Entorno señala lo siguiente: "El País Vasco, Navarra, La Rioja y Madrid son, por este orden, las Comunidades que han obtenido los mejores valores del Índice, es decir sus empresas son las que han mostrado un mayor compromiso con el medio ambiente. El País Vasco obtiene un valor de 75 sobre 100 en el mencionado índice". Estudios realizados en fechas recientes sobre la trayectoria ambiental de los diversos sectores de la economía vasca confirman que la industria es quien obtiene una valoración más positiva, por delante del sector de la energía, el transporte, la construcción, el sector primario y el sector residencial.

En la gestión medio ambiental la industria vasca debe convertirse en un referente en la UE

Desde el punto de vista ambiental, la industria vasca ha protagonizado un significativo desacoplamiento desde 1990 hasta la actualidad, combinando un importante crecimiento económico con una menor demanda de recursos energéticos y una menor generación de impactos ambientales. Concretamente, la industria vasca ha aumentado su valor añadido bruto en un 67% entre 1990 y 2002, al tiempo que reducía en un 1% su consumo de energía, disminuía en un 29% sus emisiones de gases de efecto invernadero y en un 16% su generación de residuos peligrosos.

Tras esa tendencia está el esfuerzo de centenares de empresas por mejorar su comportamiento ambiental. Esfuerzos en gestión ambiental, ecoeficiencia, mejora de procesos, productos y servicios, mejoras del ecodiseño, aplicación de análisis de ciclo de vida, producción limpia, minimización de residuos peligrosos, aplicación de técnicas de comparación de indicadores de eficiencia, responsabilidad social corporativa...

Lo anterior no significa que el sector industrial haya dejado de actuar como importante fuerza motriz tras numerosas presiones e impactos ambientales en el País Vasco. El sector genera del orden de 3,7 millones de toneladas de residuos no peligrosos al año, junto a 0,34 millones de toneladas de residuos peligrosos; consume el 48% del total de la energía; el elevado consumo de materiales asociado a la economía vasca -necesidad total de materiales (NTM)- es consecuencia directa de su base industrial; el sector sigue siendo responsable del 25% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero; la creación de nuevos polígonos industriales es una de las principales fuerzas tras la artificialización del territorio de los últimos años...

Sin embargo, es justo reconocer que la trayectoria de los últimos años ha sido globalmente positiva. Ello ha sido posible gracias a la confluencia de políticas públicas e iniciativas privadas que, reforzándose unas con otras, han generado una masa crítica cada vez más importante. Así, el País Vasco es, en la actualidad, la región de la Unión Europea que cuenta con el mayor número de empresas acreditadas con sistemas de gestión ambiental en relación al producto interior bruto. En la actualidad, más de 600 empresas están acreditadas con sistemas de gestión ambiental ISO-14001 y se espera que para el año 2010 se haya alcanzado la cifra de 1000 empresas.

El País Vasco ha sido uno de los primeros en desarrollar de manera sistemática acuerdos sectoriales entre la Administración pública y la industria, siguiendo las orientaciones de política ambiental promovidas por la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Se han firmado acuerdos voluntarios de mejora ambiental con los sectores de gestión de residuos, pasta-papel, fundición, cemento, química, acero, vidrio, cerámica y cal. Los acuerdos están dirigidos a mejorar la eficiencia ambiental de las empresas y se articulan sobre compromisos concretos. En la actualidad, más de 300 empresas de los sectores mencionados están concernidas por los acuerdos.

Nuestro país cuenta con un cluster de industrias relacionadas con el medio ambiente, ACLIMA, en el que participan 87 empresas y entidades. Las empresas del cluster tienen más de 3.000 trabajadores directamente implicados en labores ambientales y facturan anualmente, en actividades relacionadas con el cuidado del medio ambiente, en torno a 760 millones de euros. El País Vasco cuenta, asimismo, con el Grupo MCC, algunas de cuyas empresas -Eroski y Fagor- han sido pioneras en el fomento de medidas ambientales y de responsabilidad social. Igualmente, hay que mencionar la existencia de empresas como Iberdrola y Gamesa, líderes internacionales en el ámbito de la energía eólica, si bien hay que señalar, también, que la primera es propietaria de las dos centrales térmicas -Santurtzi y Pasaia- responsables en buena medida de las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero de nuestro país.

El País Vasco cuenta con la asociación IZAITE, creada por algunas de sus más importantes empresas -Acería Compacta de Bizkaia (ACB), Iberdrola, Eroski, Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK), Euskaltel, Fagor, Industria de Turbo Propulsores (ITP), Energía Portátil y Ofita, y en la que colaboran las empresas públicas Euskalit e IHOBE- para integren la sostenibilidad en su gestión empresarial. Finalmente está la propia experiencia acumulada por la empresa pública de gestión ambiental IHOBE a lo largo de sus últimos 15 años en cuanto a la creación, implementación, seguimiento y evaluación de numerosas herramientas prácticas concebidas para la industria, que han facilitado de manera notable la incorporación de las consideraciones ambientales especialmente entre las pequeñas y medianas empresas.

Es de sobra conocido que el País Vasco ha heredado un importante pasivo ambiental como resultado de muchas décadas de desarrollismo industrial salvaje. Es más, en el estado actual del medio ambiente de este país no abundan las buenas noticias. Por ello, comprobar que la industria muestra una trayectoria ambiental cada vez más positiva es algo que se debe conocer, reconocer, valorar y fortalecer.

En mi opinión, la masa crítica generada por el conjunto de elementos mencionados aporta un suelo firme desde el que realizar una apuesta estratégica de largo alcance orientada a convertir a la industria vasca, en los próximos 15 años, en un polo de referencia dentro de la Unión Europea en el ámbito de la ecoeficiencia, la implantación de sistemas de gestión ambiental, el ecodiseño y la eficiencia energética. Para ello, es imprescindible mantener, consolidar y profundizar las líneas de acción desarrolladas en los últimos años.

Aplicación de instrumentos económicos -subvenciones, desgravaciones fiscales, compraventa de emisiones-; acuerdos voluntarios sectoriales con objetivos precisos y calendarios detallados; ayudas para el cumplimiento de la cada vez más exigente normativa europea, pero rigor en su aplicación; fuerte apoyo a la investigación y al desarrollo de tecnologías ambientales; labores de inspección y control sistemáticas; apoyo a la implantación generalizada de sistemas de gestión ambiental -ISO 14001, EMAS y Ekoscan-; reconocimiento para quienes hayan actuado con visión y liderazgo; fomento de la responsabilidad social corporativa y de los informes de sostenibilidad; programas generalizados de eficiencia energética.... En un país de fuerte tradición industrial como el nuestro, esa apuesta estratégica actuaría, sin duda, como poderosa fuerza tractora ambiental para el conjunto de la economía vasca.

En el horizonte del año 2020 se adivinan grandes corrientes de fondo que van a condicionar de manera decisiva la competitividad de nuestra economía. Entre ellas, la globalización de los mercados y las consiguientes tendencias hacia la deslocalización industrial motivada fundamentalmente por los costes de oportunidad de la mano de obra; la escasez creciente de recursos petrolíferos y el encarecimiento progresivo del crudo, y las exigencias europeas e internacionales cada vez más rigurosas respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero. En ese horizonte, apostar decididamente por la ecoeficiencia, la eficiencia energética y la excelencia ambiental es crear las mejores condiciones para que la economía de este país pueda seguir generando cotas crecientes de bienestar y calidad de vida para todas las personas.

Antxon Olabe es economista y consultor ambiental.

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