Vistas de hace un siglo
El Museo Vasco muestra las fotografías tomadas en el barrio de Begoña por Eulalia Abaitua en torno a 1900
Eulalia Abaitua Allende-Salazar (1853-1943) nació en el Casco Viejo de Bilbao, estudió en Cataluña y se casó con un naviero a los 19 años. La vida convencional de una señora de la época se alteró cuando el matrimonio se trasladó a vivir a Liverpool (Gran Bretaña). Allí conoció la fotografía, aprendió la técnica y compró los materiales. A su regresó montó un laboratorio en el sótano de su casa de Begoña, justo al lado de la basílica, y comenzó a retratar a las personas que le rodeaban, sus fiestas, sus ritos y sus trabajos. El Museo Vasco (plaza Miguel de Unamuno, 4. Bilbao) ha seleccionado entre las más de 1.000 placas tomadas por Eulalia Abaitua un centenar de imágenes sobre el barrio de Begoña en torno a la entrada del siglo XX, que estarán expuestas al público hasta el próximo 30 de octubre.
Begoña 1900. República y santuario es la quinta exposición de fotografías de Eulalia Abaitua que presenta el Museo Vasco, encargado de la custodia de todo su material fotográfico.
Antes de las fotos de la vida cotidiana en Begoña, se han mostrado al público sus trabajos referidos a las mujeres vascas, la Ría de Bilbao o las familias tradicionales.
El fotografo Alberto Schommer ha dicho de Eulalia Abaitua que era una "auténtica reportera", que no se limitaba a buscar el arte por el arte, el juego de luces o las composiciones rebuscadas. "Ahora sería una gran fotografa de la agencia Magnum", ha sentenciado Schommer.
Las fotos reunidas en la exposición fueron tomadas en los alrededores de su casa familiar de Begoña, donde vivió hasta pocos años antes de su muerte. La sala que recoge el apartado dedicado a la República de Begoña, muestra la vida cotidiana en la vieja anteiglesia, cuando los barrios que rodeaban el santuario de la virgen formaban una anteiglesia de la merindad de Uribe. Son imágenes en las que se ven los bailes y las ferias de ganado, y las gentes que acudían a la plaza pública, convirtiéndolos en un gran acontecimiento.
Las placas de Eulalia Abaitua conservan el ambiente de Begoña en el paso del siglo XIX al XX, una comunidad independiente antes de la anexión a la villa de Bilbao, que llegó en 1925.
La otra mitad de la exposición está dedicada al corazón de Begoña: la basílica. La vida civil en la anteiglesia se fusiona en las imágenes de Eulalia Abaitua con las festividades religiosias En este apartado se ven las bodas y los curiosos que se arremolinaban a las puertas del templo para ver a los novios e invitados, las romerías para celebrar la festividad de la virgen, las procesiones y los peregrinos que audieron a conmemorar el nombramiento de la virgen de Begoña como patrona de Vizcaya.
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