Xavier Velasco ironiza en 24 fábulas sobre la perversión del poder y del dinero
El escritor mexicano presenta 'El materialismo histérico", un libro de personajes al límite
La peculiaridad del lenguaje entremezclado con las sorprendentes historias que deambulan por las páginas de El materialismo histérico (Alfaguara) ofrecen al lector la visión del autor Xavier Velasco (San Ángel, México, 1958) sobre algunas circunstancias de su vida. "Comencé a escribir los cuentos en un momento personal en el que me encontraba en una profunda crisis económica. Quería dedicarme a la literatura y mis recursos se estaban agotando. En las situaciones límite, y cuando camina por medio el dinero, conoces la miseria y la bondad del individuo", apunta el escritor.
El ganador del Premio Alfaguara de Novela 2003 por Diablo Guardián ideó sus fábulas mientras escribía esa novela que le ha permitido "seguir jugando con lo que más me gusta, la literatura". "El amor es una deuda que crece cada día, pero nunca se acaba de pagar", escribe Xavier Velasco en el cuento La venus de los cheques, la primera de las fábulas de El materialismo histérico. "Se habla mucho de libertad en la literatura y los personajes que pululan por los relatos muestran cómo el dinero puede ser descarnado y cínico, pero te permite también conocer a la gente".
El escritor confiesa que le gusta la comodidad, pero que encuentra algo de placer en vivir con cierto riesgo. "Cuando comencé a escribir las historias sobre forajidos crediticios, mercachifles robotizados, chantajistas creativos, chicas cuyo atractivo está en el precio, playboys cuya demanda está en la oferta, pacifistas enardecidos, tiranos beatlerianos, árboles bolcheviques y guajalotes fundamentalistas, creí que mi imaginación se estaba desbordando, pero la realidad es que a los seres humanos les ocurren cosas relacionadas con el dinero que en principio parecen increíbles, a veces por la falta de él y otras, por él".
Xavier Velasco ha abandonado ya los trabajos paralelos que le permitían sobrevivir y se dedica de lleno a la literatura. "Soy un jugador y un apostador, aunque en estos momentos me encuentro en un casino más grande de aquel en que solía moverme y los riesgos son mayores. Me gusta la adrenalina que supone saltar sin protección. Por el momento han desaparecido esos tiempos en los que me llegaron a retirar siete tarjetas de crédito y ahora puedo vivir de lo que siempre me ha gustado hacer, escribir. La escritura es una forma de atentado contra la lógica, contra el sentido común. Terminar las historias es una forma de exorcismo".
El libro que ahora presenta en España es "un compendio de relatos que forman parte de una misma historia hasta llegar a cerrar el concepto del materialismo histérico". Son 24 piezas, y en ellas conviven los géneros más diversos: desde la pura ficción a la crónica, la nota periodística, la parábola... De nuevo la escritura del escritor mexicano vuelve a ser, como lo fue en Diablo Guardián, el verdadero motor del libro. En cuanto a su fuente de inspiración, Velasco insiste que en la sociedad en la que vivimos cada vez aparecen más esos tipos llamados "vendedores fraudulentos", y encabezan la lista, puntualiza el escritor, "los políticos". Su animadversión hacia ellos se ha ido desarrollando con el paso del tiempo. "Estudié varios semestres de Ciencias Políticas y a medida que avanzaba en mis conocimientos fui desarrollando una especie de náusea por esa profesión. Los países en los que existen carencias culturales y económicas son caldo de cultivo para demagogos y ladrones".
Babelia
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