La policía ha identificado a nueve niños que fueron violados por la red de pederastas
'Kova' confiesa que siente especial atracción por los menores de dos a cinco años
La Brigada de Investigación de Delitos Tecnológicos tiene identificados a nueve niños que fueron brutalmente violados por la red de pederastas desarticulada hace varios días, según fuentes policiales. Se trata de dos menores de Collado Villalba (Madrid), dos de Murcia, dos de Vigo, dos de Santiago de la Ribera (Murcia), y uno de Madrid, según fuentes policiales.
Uno de los cinco detenidos, Álvaro I. G., de 23 años, natural de Madrid, ha admitido ser el autor de siete de las violaciones conocidas por la policía hasta ahora (todas excepto los dos niños de Vigo). Las imágenes grabadas por los propios pederastas dan idea de la "brutalidad" a que fueron sometidos los niños, que, además de ser sodomizados, fueron maniatados en algún caso y sometidos a todo tipo de vejaciones. Sin embargo, ninguno de los padres de los menores había advertido los terribles abusos sufridos por éstos, según han manifestado a la policía. Ahora, al enterarse de lo ocurrido, la madre de uno de los bebés de Collado Villalba ha confiado a los policías: "Si un día aparece muerto ese degenerado [Álvaro I.G.], será porque lo he matado yo".
Ninguno de los padres de los bebés se había percatado de que éstos estaban siendo vejados
Álvaro I.G., que utilizaba el alias de Kova en los foros secretos de Internet y el nombre de correo de Nanysex, ha declarado que siente especial atracción por los niños varones de dos a cinco años. A la vez, ha facilitado todo tipo de detalles sobre sus fechorías: nombre del chiquillo, día, hora y lugar en que cometió cada una de las violaciones... Así, recordaba perfectamente que abusó de uno de los chiquillos -relacionado con una mujer que él tenía empleada como sirvienta- en una casa cercana a una playa de Murcia; otro que es hijo de una familia que estaba de vacaciones en esa localidad; otro que es hijo de una pareja a la que realquiló el año pasado una habitación en la vivienda que él mismo tuvo arrendada en Collado Villalba (Madrid) entre agosto de 2003 y febrero de 2004, etcétera.
Los policías dependientes de la Comisaría General de Policía Judicial han comprobado en los vídeos de los pederastas con qué frialdad y meticulosidad preparaban la violación: cómo disponían la cámara, cómo colocaban al niño en el lugar adecuado, la iluminación, la ropa, el escenario...
Hasta ahora han sido detenidos cinco individuos, pero la policía pisa los talones a otros dos, cuyo rastro sigue a través de los ficheros informáticos secretos usados por estos delincuentes. Las pesquisas se extienden a México, donde radican los servidores cibernéticos.
Cuatro días después de que la policía informara sobre esta operación -denominada Kova por el alias del principal implicado- se han conocido nuevos detalles de cómo arrancó esta investigación. Fue el pasado febrero, cuando un agente de la Unidad de Crímenes Sexuales de Toronto (Canadá) logró penetrar en un foro secreto y contactar con un cibernauta que ofrecía pornografía infantil. Éste le envió al policía unas fotos en las que aparecía un niño de un año.
"No eran imágenes pornográficas, pero la pose insinuante y las promesas de que después vendrían otras imágenes explícitas del abuso, me convencieron de que ese niño era una víctima de explotación sexual", declaró a Efe el detective canadiense Warren Bulmer.
En una esquina de una de las fotos, Bulmer halló una pista: el teclado de un ordenador en el que había la Ñ, una letra que sólo es usada en español. Más tarde, el mismo agente obtuvo un vídeo de 11 minutos en el que el mismo niño de las fotos era violado "de forma brutal y horrorosa".
La policía canadiense envió todo ese material pornográfico a la oficina central de Interpol, en Lyon (Francia), donde uno de los agentes observó, además, que el bebé tenía en una mano un billete de tren de cercanías obtenido en una de las máquinas expendedoras de la estación de Atocha (Madrid) en enero de 2004. Este billete es apto para viajar hasta la corona metropolitana B-3, que abarca, entre otros municipios, el de Collado Villalba. A partir de ahi, la Brigada de Investigación de Delitos Tecnológicos hizo el resto.
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