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EE UU lanza una gran ofensiva contra la insurgencia en Irak

Mil soldados estadounidenses e iraquíes rodean Haditha

Al menos 10 insurgentes murieron ayer, entre ellos un imán, y dos marines estadounidenses resultaron heridos en una nueva ofensiva militar iraquí-estadounidense en la provincia de Al Anbar, esta vez sobre Haditha, 250 kilómetros al oeste de Bagdad, y que se supone es un centro rebelde. En la operación, en la que participan más de mil soldados, se descubrieron armas y explosivos disimulados en un palmeral.

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La ofensiva de Haditha -una de las de mayor envergadura desde la conquista de Faluya en noviembre de 2004- es la prolongación de la batalla librada hace tres semanas en Al Qaïm, también en Al Anbar, y tiene como objetivo evitar que los insurgentes huidos de esa localidad fronteriza con Siria puedan hacerse fuertes en Haditha. "La decisión de atacar se tomó tras recibir informaciones de la presencia de rebeldes", dijo un portavoz de EE UU en Irak.

Haditha fue en noviembre del año pasado objeto de un ataque del grupo de Abu Musab al Zarqaui, que causó la muerte de 21 policías. El objetivo de los mil marines estadounidenses es mantener la presión sobre los insurgentes para evitar su reorganización. Esta fase es, según los norteamericanos, parte de la llamada Operación Matador, iniciada el 7 de mayo para acabar con el paso de hombres, armas y coches bomba en dirección a Bagdad. Algunos medios creen que en la batalla de Al Qaïm, en la que según fuentes de EE UU perdieron la vida más de 130 rebeldes, pudo ser el lugar donde resultó herido Al Zarqaui.

En Haditha participan 350 soldados del Ejército iraquí, pero el peso y la dirección del ataque lo llevan los marines. Entre las unidades implicadas participan marinos, pues al sur de Haditha se halla una enorme presa sobre el río Eúfrates.

Los soldados han establecido controles alrededor de Haditha para evitar la huida de los insurgentes, a los que se supone del grupo de Zarqaui. La operación coincide con otra llevada a cabo por el Gobierno iraquí en el oeste de Bagdad y que permitió la detención de 437 sospechosos.

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La iniciativa militar en esos dos frentes es la respuesta a una oleada de atentados que desde la elección del Gobierno se ha cobrado la vida de cientos de personas, la mayoría civiles. Ayer se produjo un nuevo atentado con coche bomba en la capital que costó la vida a seis personas e hirió a otras 15. Según la inteligencia estadounidense, la insurgencia, sobre todo la extranjera, actúa por ciclos muy violentos y éstos dependen del número de explosivos en su poder. Los norteamericanos creen que la clave es bloquear el acceso de material desde Siria, país al que acusan de no hacer lo suficiente.

Esta semana, las autoridades militares de Damasco anunciaron la suspensión de toda colaboración con Washington debido a estas acusaciones.

El lunes, en los preparativos de esta ofensiva sobre Haditha perdieron la vida tres marines y un marinero. En los tres últimos meses se han producido numerosos atentados contra fuerzas de la coalición en los alrededores de Haditha.

Un <i>marine</i> estadounidense escribe un número de identificación en la frente de un prisionero iraquí.
Un marine estadounidense escribe un número de identificación en la frente de un prisionero iraquí.AP

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