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ATENTADO DE ETA EN MADRID

ETA causa cinco heridos leves en Madrid con un coche bomba cargado con 20 kilos de cloratita

El estallido fue anunciado al diario 'Gara' a las 8.45 y se produjo 46 minutos después

Jorge A. Rodríguez

ETA hizo estallar ayer un coche bomba en Madrid, el segundo de este año y el primero desde que el Congreso aprobó la resolución que autoriza al Gobierno a hablar con la banda si ésta deja las armas. El vehículo, cargado con entre 18 y 20 kilos de cloratita, estalló a las 9.31 de ayer, a los 46 minutos de que un comunicante anónimo avisara a las oficinas del diario Gara en San Sebastián de que había una bomba dentro de una furgoneta Renault Express aparcada en la calle de Rufino González, a la altura del número 502 de la calle de Alcalá. La explosión causó cinco heridos leves, aunque otras 42 personas fueron atendidas por los servicios médicos. Los expertos antiterroristas interpretan el atentado como una demostración de fuerza de ETA, es decir, de que, a pesar de los golpes policiales, conserva capacidad para atentar donde y cuando quiera. El Gobierno informó ayer a Mariano Rajoy, líder del PP, de las pesquisas.

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La colocación del coche bomba fue anunciada a las 8.45 a Gara. El comunicante precisó que se trataba de una Renault Express blanca (matrícula AV-1702-G) y advirtió de que la bomba iba a estallar a las 9.30. El rotativo, según su procedimiento habitual, informó a la Ertzaintza y ésta transmitió a Madrid. Los servicios de emergencia y los diferentes cuerpos policiales partieron inmediatamente para intentar desalojar y acordonar la zona. El coche estaba aparcado en el lateral del Edificio Aragón, pegado a un concesionario de coches de la marca Opel, bajo las ventanas de la empresa de telemarketing Bouncopy y a 25 metros de la boca de metro de Suanzes.

Los primeros agentes que llegaron a la zona miraron en el interior de la furgoneta y vieron que en la parte trasera había una mochila. Inmediatamente comenzaron a desalojar la zona, pero no pudieron sacar del Edificio Aragón a todos los trabajadores, unos 300. Por ello, y ante la inminencia del estallido, les conminaron a dirigirse a la parte opuesta del inmueble. En el otro lado de la calle de Rufino González siguió trabajando Antonio, empleado de la sastrería Cornejo (de vestuario de teatro y cine).

El estallido se produjo a las 9.31. "Yo estaba subiendo unas escaleras cuando de pronto el estallido reventó los cristales y me tiró al suelo. Ha sido increíble", comentaba Antonio, con un impacto de cristal en la ceja izquierda y cortes en los brazos. "Estábamos en el bar, donde había nueve madres de niños del colegio Marqués de Suanzes cuando llegaron corriendo unos policías que nos gritaban 'métanse dentro, deprisa", relató Emilio Yuste, dueño del bar La Yedra, sito en la acera de enfrente de la calle de Alcalá. "Cuando iba a cerrar la puerta hubo una explosión muy fuerte", agregó. Apenas había dado tiempo a desalojar y acordonar ni a cerrar el metro.

La explosión provocó una densa humareda y el incendio de un coche aparcado en doble fila. Otros siete vehículos sufrieron daños de consideración y dos más estaban en siniestro total. La onda expansiva, según los expertos en explosivos, se escapó por la calle de Alcalá, muy abierta en esa zona, lo que redujo los daños. El capó del coche bomba fue hallado al otro lado de la calle de Alcalá, sobre un árbol sito junto a una marquesina donde paran los autobuses de la EMT de las líneas 77 y 104. Otra parte voló hasta la azotea del número 498 de Alcalá.

Inicialmente resultaron heridas cinco personas, entre ellas un vigilante de seguridad del Edificio Aragón, que recibió el impacto de una esquirla en el cuero cabelludo y sufrió erosiones en el pecho. El guarda fue trasladado a un centro hospitalario, tras ser atendido en un hospital de campaña de los dos que se instalaron en la zona. No obstante, los servicios de emergencia del Samur atendieron a 47 personas, la mayoría de ellas trabajadores de empresas cercanas con afectación de tímpanos o viandantes que tropezaron y se cayeron durante su huida. "Me di un susto tremendo. Soy teleoperadora de GSS y me duele muchísimo el oído izquierdo, en el que no llevaba el casco del teléfono", decía con suave acento sureño una empleada que rechazó dar su nombre.

Metales retorcidos

El atentado requemó y retorció las placas metálicas que recubren el primer piso de la fachada lateral del Edificio Aragón, bajo la que estaba aparcado el coche bomba. Todos los cristales de esas oficinas volaron por los aires y todo el lateral de la antedicha fachada quedó deformado. También se fracturaron los cristales del bloque de enfrente de la calle de Rufino González y del primer y segundo piso del edificio de la calle de Alcalá en el que está el bar La Yedra.

Las investigaciones han permitido determinar que el coche, irreconocible tras la fuerte explosión, había sido robado la noche anterior en San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Su dueño lo había dejado aparcado sobre las 20.00, pero no se percibió de la sustracción hasta la mañana de hoy. A las siete de la mañana presentó denuncia.

Los terroristas no le cambiaron las placas de matrícula. Testigos requeridos por la policía aseguraron que el coche fue aparcado, entre las 7.00 y las 7.30, por dos personas de aspecto joven, que se marcharon de la zona en otro vehículo (aquí divergen dos testigos) en dirección a la cercanísima intersección de la calle de Alcalá (antes avenida de Aragón) con la autovía Madrid-Barcelona. Los agentes se plantean si uno de ellos es mujer.

Los investigadores están convencidos de que el atentado es un mensaje de fuerza de ETA, obra de un comando que llegó, atentó y se marchó. Además, señalaron el hecho de que ayer iban a declarar en la Audiencia Nacional los dirigentes de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi y Jon Salaberria. Y recordaron que, anteayer, Pernando Barrena había dicho que el Gobierno "desconoce cuál es el significado de la palabra tregua". ETA siempre ha hecho demostraciones de fuerza antes de hacer movimientos estratégicos, como una tregua.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió en la mañana de ayer en el Senado con los ministros de Defensa, José Bono; Justicia, Juan Fernando López Aguilar, e Interior, José Antonio Alonso, para tratar del atentado. Tras ese encuentro, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, llamó al presidente del PP, Mariano Rajoy, para informarle de los detalles que en ese momento conocía del atentado.

Agentes de Información y de la Policía Científica recogen muestras del coche bomba que estalló ayer. Al fondo, tras los bomberos, la marquesina de Alcalá junto a la que cayó el capó del coche.
Agentes de Información y de la Policía Científica recogen muestras del coche bomba que estalló ayer. Al fondo, tras los bomberos, la marquesina de Alcalá junto a la que cayó el capó del coche.EFE

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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