Un homenaje a Cabrera Infante evoca el ritmo nocturno y musical de su obra

Un homenaje al escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, fallecido hace tres meses en Londres, evocó ayer -entre recuerdos y anécdotas- el ritmo de su lenguaje y el de su vida. Los amigos del autor de Tres tristes tigres recordaron su pasión por el lenguaje, la música, el cine y la noche. La Casa de América de Madrid recuperó para la ocasión la película documental PM, rodada en 1961 por Saba Cabrera (hermano del escritor) y Orlando Jiménez Leal, y que provocó (después de su censura) su exilio de Cuba. Un filme de 15 minutos que describe una noche en un local de La Habana.

Organizado por la Casa de América, el homenaje reunió a la escritora y directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás; el escritor Vicente Molina Foix; el periodista Ángel Sánchez Harguindey, adjunto a la dirección de EL PAÍS; al editor Juan Cruz, y a Orlando Jiménez Leal, coautor de PM. Considerada "material nocivo a los intereses del pueblo cubano y su revolución", la película (que se había realizado para la televisión) fue censurada. El 30 de junio de 1961, el propio Fidel Castro explicaba, según recordaron ayer, las razones de la censura con esta frase: "Dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, nada".

"¿Cuál era el delito de PM"?, se preguntó ayer Ángel S. Harguindey. "Al parecer, en La Habana posrevolucionaria no era posible mostrar una noche como tantas otras en las que los ciudadanos se reunían en un bar, tomaban copas y, espontáneamente, organizaban un baile. Oficiosamente, la explicación era que se ensalzaba al lumpemproletariado, a los ociosos".

Noche, cine, música y literatura se cruzan en la obra del autor de La Habana para un infante difunto. Los invitados coincidieron al ensalzar el lenguaje de Cabrera (Gibara, Cuba, 1929-Londres, 2005). "Más que la literatura le interesaba el ritmo del lenguaje", dijo Regás. "Nada está impostado, todo nace del borbotón de un baile", añadió Juan Cruz. "La noche le fascinaba. Una reivindicación de la noche que nos ofrece una de las claves de su mundo y su obra", afirmó Harguindey. Regás relató "la breve y llana historia de una amistad" que empezó en los años sesenta, precisamente con una noche que se prolongó hasta la madrugada, y que que se vio finalmente empañada por la política. "En el año 94 fui a Cuba y Guillermo no me lo perdonó. Dejó de hablarme, aunque yo mantuve mi amistad con Miriam [Gómez, mujer del escritor] y sus hijas". Molina Foix recordó irónicamente "el fracaso" de Cabrera como guionista de cine y también como ciudadano, cómo ser el primero en el exilio cubano le costó entonces la marginación del emergente boom de la narrativa latinoamericana. "En cambio", añadió, "su gran triunfo fue como escritor".