En la estela del federalismo fiscal
La propuesta catalana se aproxima a los sistemas de financiación de Alemania y Canadá
El calificativo federal todavía incomoda a determinadas sensibilidades políticas. Y más aún aplicado a la financiación autonómica. Pero a pesar de las descalificaciones que ha recibido el plan del Gobierno catalán -de marcada inspiración federal- los modelos de países como Alemania o Canadá no difieren demasiado del que se deriva de la propuesta catalana. Incluso el actual sistema de financiación de España, que se aplica desde 2002, tiene puntos en común con el de estos países de tradición federal.
En Canadá, la gran mayoría de las provincias son receptoras netas de fondos, mientras que sólo unas pocas -las dos más ricas- contribuyen. En Alemania se ha abierto un debate para mejorar la eficiencia y la coordinación del sistema de financiación manteniendo los criterios de solidaridad interregional, pero las disputas políticas dificultan la posibilidad de sacar adelante los cambios. Esas dos realidades son claramente aplicables al debate abierto tras la presentación de la propuesta catalana de financiación autonómica.
Los länder germanos perciben porcentajes mayores de los grandes impuestos que las comunidades españolas, incluidos el 50% del impuesto de sociedades que reclama Cataluña, el 49% del IVA y el 42,5% del IRPF. ¿Cómo? A través de unas 600 agencias tributarias estatales e incluso municipales, un número que desarma algunas de las críticas más habituales al modelo que propone el tripartito catalán. En España, la recaudación transferida a las comunidades asciende al 33% del IRPF y el 35% del IVA, y toda la recaudación de Sociedades es para el Estado. La propuesta catalana, por su parte, reclama al menos el 50% de los ingresos procedentes de estas figuras tributarias, amén de capacidad normativa en todas las figuras tributarias.
En el caso alemán, la capacidad normativa es de titularidad estatal, a pesar de que los länder la ejercen en la práctica a través del Bundesrat (el Senado alemán). Las analogías no acaban ahí: una sentencia del Tribunal Constitucional germano de 1999 impide que las transferencias de solidaridad alteren las posiciones relativas de los länder en la clasificación por nivel de renta per cápita. La propuesta catalana coincide exactamente con la realidad alemana en este punto.
En Canadá se repite la historia: las 10 provincias o territorios comparten con el Gobierno federal la capacidad normativa de los impuestos, y el Ejecutivo federal establece compensaciones para nivelar los ingresos entre provincias.
Pero las similitudes no acaban en los aspectos técnicos: como en España, el sistema está en permanente discusión. También los länder alemanes más poderosos han puesto permanentemente en cuestión el modelo, en especial tras la reciente crisis económica. Canadá no es una excepción: tras casi 50 años de estabilidad -el sistema data de 1957-, "la continuidad de la unidad requiere un trato igual para todas sus provincias", asegura el académico Howard Pawley.
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