_
_
_
_
EL PROCESO DE DIÁLOGO

El PSOE aceptará que EHAK participe en la reforma estatutaria si ETA deja las armas

Luis R. Aizpeolea

El PSOE cree que "ahora le toca moverse a ETA" y que "debe hacerlo cuanto antes para no desaprovechar las expectativas de paz creadas" una vez que "el Gobierno ya ha dado todos los pasos para propiciar un final dialogado del terrorismo". También está dispuesto a que la izquierda abertzale, representada ahora por el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK en sus siglas en euskera), forme parte de la ponencia de reforma del Estatuto de Gernika, que se constituirá en el Parlamento vasco previsiblemente a finales de año, si ETA renuncia, previa y definitivamente, a las armas.

Si se cumplen esas condiciones, el Gobierno también está dispuesto a dialogar con ETA sobre la situación de sus presos. El Ejecutivo interpreta que de esa manera aplica un principio político recogido en el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea, de 1988, según Ramón Jáuregui, ex vicepresidente socialista del Gobierno Vasco, actual portavoz del PSOE en la Comisión Constitucional del Congreso y uno de los redactores de la resolución sobre el final de la violencia, aprobada el martes en el Congreso.

El Ejecutivo de Zapatero sólo dialogará con los terroristas si antes renuncian definitivamente a la violencia
"El Gobierno ya ha dado todos los pasos. Ahora le toca moverse a ETA, y lo debe hacer cuanto antes", advierte Jáuregui
Las conversaciones con la banda no abordarán en ningún caso cuestiones políticas, según los socialistas
El Ejecutivo está dispuesto a abordar la situación de los etarras que cumplen condena
Más información
Rojo califica de 'indecente' el uso que el PP hace de las víctimas
Mejores expectativas, igual escepticismo
Zapatero: "El único destino de ETA es disolverse y deponer las armas"

"El Gobierno cree que está ante una oportunidad para la paz, y la quiere explotar", señala Jáuregui. Este dirigente socialista vasco cree que en esta ocasión se produce la conjunción de varios elementos, que no se ha dado en los procesos de diálogo que se desarrollaron en Argel (1989) y en Suiza (1999), como la ausencia de asesinatos de ETA en dos años -inédita desde 1972-, la parálisis que supuso para la banda la matanza del 11-M de 2004 y el clamor en su entorno político a favor del cese del terrorismo.

Esta suma de circunstancias viene precedida por dos apuestas políticas del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, relacionadas entre sí: el apoyo a la reforma del Estatuto de Gernika y la derrota del llamado plan Ibarretxe en las elecciones vascas del pasado 17 de abril. "La derrota de este plan en las elecciones de abril ha hecho que PNV-EA la asuma como propuesta exclusiva de partido y ha despejado el camino para la creación de una ponencia parlamentaria de reforma del Estatuto". En esta tesitura, cabe la posibilidad de que la izquierda abertzale se incorpore al proceso de reforma del Estatuto, lo que no hizo en 1979. Esa incorporación, a la que se ha mostrado dispuesta EHAK, "acabaría con la automarginación de la izquierda abertzale", puntualiza Jáuregui.

Aunque aún no hay un calendario para la constitución de la ponencia parlamentaria de reforma del Estatuto vasco, Jáuregui cree necesario que para la incorporación de la izquierda abertzale a ella, ETA debe abandonar previamente las armas. El PNV y EA coinciden con esa tesis. Fue éste uno de los asuntos en los que estuvieron de acuerdo el presidente Zapatero y el lehendakari Ibarretxe en su reunión en La Moncloa hace dos semanas.

"Si ETA ha declarado el abandono de las armas, una mesa -la del Gobierno y la banda para buscar una solución a los presos- no puede condicionar a la otra, a la ponencia parlamentaria. Los procesos no se cruzan. El futuro político de Euskadi lo determinan los partidos con sus debates y acuerdos en su ámbito natural, el Parlamento vasco, y el Gobierno sólo hablaría con ETA del problema de sus presos. Es una falacia lo que se está diciendo desde algunos ámbitos próximos al PP", se queja Jáuregui.

El dirigente socialista vasco cree que si se ha llegado a esta situación es por la debilidad de ETA. "Esto es consecuencia de la presión policial, judicial y política que ha soportado ETA y su entorno, con la ilegalización de Batasuna incluida, por el esfuerzo de todos los demócratas y de Gobiernos anteriores", precisa.

No obstante, cree que se ha llegado a un punto en esa presión que el Ejecutivo ha visto la posibilidad de rentabilizarla con un final dialogado y "esta decisión es potestad del presidente del Gobierno, que tiene toda la información y los elementos para ello". "Los pasos que ha dado el presidente no son improvisados. Están meditados y calculados desde hace tiempo".

Jáuregui aclara que "el intento de un final dialogado es compatible con mantener la presión sobre ETA y su entorno", pero matiza: "La presión sin diálogo podría prolongarse durante años y asistiríamos, previsiblemente, a un proceso de grapización de ETA en el que se mantendría su amenaza durante años. Pero si existe la posibilidad de un final dialogado hay que intentarlo, porque podría acarrear el fin próximo de las amenazas y de que mucha gente siga viviendo escoltada", señala Jáuregui.

Cree también que "nada se pierde con intentarlo" porque "aunque ETA volviera a engañar, como en Argel y Suiza, el Gobierno no tendría que cambiar ninguna estrategia, ya que mantiene la presión con las medidas conocidas, desde la Ley de Partidos a las medidas policiales y judiciales. El único precio que hemos pagado", matiza, "es el debilitamiento del Pacto Antiterrorista por la actitud del PP. Pero intentaremos que el PP regrese al consenso", agrega.

Jáuregui cree que el Gobierno "ya ha dado todos los pasos, especialmente al actualizar en el Parlamento el punto 10 del pacto de Ajuria Enea, con el reconocimiento del final dialogado con ETA". "Ahora le toca moverse a ETA y lo debe hacer pronto para aprovechar la expectativa de paz que se ha creado", advierte.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la izquierda, y el <i>lehendakari</i>, Juan José Ibarretxe, en La Moncloa el pasado día 5.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la izquierda, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en La Moncloa el pasado día 5.GORKA LEJARCEGI

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_