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Reportaje:SUSPENSIÓN DEL PLENO

Prietas las filas ante el chaparrón

Los diputados del PP defienden su actuación en el pleno del Parlamento pese a las críticas generalizadas

Luis Barbero

Ante la crítica generalizada, prietas las filas. Ésta es la decisión que ha adoptado el PP tras el lío que protagonizó el pasado jueves en el Parlamento, cuando sus diputados desobedecieron la orden de la presidenta de la Cámara, Mar Moreno, de que retirasen unos carteles en los que se decía: "Consejo Audiovisual Chaves, no más cacicadas". El mantenerla y no enmendarla del PP obligó a Moreno a suspender el pleno, algo inédito en el Parlamento andaluz.

Los diputados consultados no dan ni un paso atrás en su actuación pese a la censura casi unánime que han recibido. "Todos vamos a piñón fijo", asegura un veterano parlamentario.

La idea de sacar los carteles se fraguó en una conversación entre el presidente regional del PP, Javier Arenas, que no es diputado, y el portavoz parlamentario, Antonio Sanz. Fuentes cercanas a Arenas señalaron que fue Sanz quien propuso el plan y que el presidente regional dio luz verde. El jueves por la mañana, Sanz comunicó a los diputados de su grupo la iniciativa. "Hubo debate y todos estuvimos de acuerdo", asegura un parlamentario.

"Los carteles no eran molestos y no armamos escándalo cuando los sacamos"
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Todos los diputados consultados señalan que el siguiente paso, la desobediencia a la presidenta del Parlamento, no formaba parte del plan inicial. "No estaba premeditado", afirma un destacado parlamentario del PP.

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Los populares argumentan que la desobediencia fue improvisada y que se originó cuando Chaves dijo que no contestaría a la pregunta de Teófila Martínez mientras los diputados populares no retirasen sus carteles. "La presidenta se vio desbordada y parecía que Chaves mandaba en el pleno", afirma un diputado, que fija en este momento el calentón y las consecuencias posteriores. "Los carteles no eran molestos y no armamos escándalo cuando los sacamos. No incumplimos ningún artículo del Reglamento" de la Cámara, defiende un parlamentario popular.

Otro relata que el PP sólo quería manifestar su desacuerdo con el reparto de representantes en el Consejo Audiovisual y que fue la evolución de la sesión plenaria lo que llevó al resultado final. "Nos critican porque hay un doble rasero. A nosotros nos han llamado asesinos en el Parlamento y no pasó nada. Estábamos convencidos de que había que poner coto" a la situación, añade este diputado.

Una de las incógnitas que ha dejado el pleno es con quién hablaba Antonio Sanz en plena bronca. Los socialistas afirman que con Javier Arenas, al que acusan de dirigir la operación por teléfono. Fuentes del PP aseguran que Sanz habló entre tres y cuatro veces con Arenas a lo largo de la mañana, pero que no conversaron en el momento álgido de la polémica. Otra fuente del PP, por contra, considera que es difícil que Antonio Sanz tomase la decisión de ignorar las órdenes de la presidenta de la Cámara si no hubiese tenido el visto bueno de Arenas.

En cualquier caso, esta cuestión pone de manifiesto la dificultad que tiene el PP en el Parlamento para tomar decisiones de forma autónoma e inmediata como consecuencia de que Arenas no es parlamentario autonómico. La presidenta del grupo parlamentario y anterior líder del PP,Teófila Martínez, sigue protagonizando las preguntas a Manuel Chaves, aunque ya no tiene mando en plaza, y es Sanz quien tutela el grupo de forma vicaria, toda vez que las decisiones finales las toma Arenas. El jueves, Teófila Martínez no llevó un cartel de protesta, aunque fuentes del PP precisaron que no fue porque discrepase de la iniciativa, sino porque ella era quien formulaba la pregunta al presidente de la Junta.

La reacción del PP a las críticas ha sido la de un enroque que no se sabe cuánto durará. "Las críticas están consiguiendo que el partido esté más unido que nunca, la gente se siente agredida", afirma un diputado. Otro parlamentario añade: "En la calle estamos recibiendo un apoyo total y en el grupo había entusiasmo y convicción".

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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