China responde a la UE y EE UU que no limitará las exportaciones de textiles
El país asiático recuerda que su entrada en la OMC conlleva derechos a los que no renuncia
China ha plantado cara a EE UU y a la UE y ha asegurado que no limitará sus exportaciones de productos textiles. "La integración del comercio textil es un derecho que nos hemos ganado con la entrada en la Organización Mundial de Comercio (OMC), y China no impondrá restricciones a sus productos textiles", afirmó el ministro de Comercio, Bo Xilai, el pasado miércoles en un encuentro con empresarios estadounidenses. Aunque el Gobierno chino descarta poner un tope en volumen a los suministros, podría aplicar otras medidas de control, que no detalla.
El pasado diciembre, Pekín anunció un arancel a la exportación de 0,2 a 0,3 yuanes (de dos a tres céntimos de euro) por pieza o de 0,5 yuanes por kilogramo para calmar la preocupación de sus socios comerciales ante la posibilidad de una entrada masiva de productos chinos tras la finalización del sistema de cuotas el 1 de enero. Pero el gravamen no parece haber tenido mucho efecto.
Las autoridades del gigante asiático rechazaron ayer las restricciones impuestas en los últimos días por Washington e hicieron una llamada a la negociación. "Ninguna de las partes debe emprender acciones unilaterales. Esperamos que Estados Unidos pueda resolver los problemas a través del diálogo y de forma constructiva", dijo Kong Quan, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El vicepresidente de la Asociación de Industrias Textiles Chinas, Gao Yong, también se ha sumado a las críticas contra las medidas de salvaguarda. "China ha hecho todo lo que ha podido para limitar el rápido crecimiento de las exportaciones y cumplir con los compromisos de la OMC. Los países desarrollados también deben asumir sus obligaciones", afirmó. Según Gao, su organización está trabajando para ayudar a las compañías textiles locales a mejorar la diversidad de su oferta exportadora y explorar los mercados internacionales con objeto de incrementar su competitividad.
Mientras tanto, la preocupación sobre las consecuencias que pueden tener los controles estadounidenses y europeos ha llegado al sureste asiático. La patronal indonesia del sector asegura que los fabricantes chinos podrían inundar los mercados de la región, bien para vender localmente o como trampolín para saltar a otros países.
Para ello, según denuncia la asociación, podrían volver al viejo sistema, que consiste en introducir las prendas de contrabando, realizar alguna pequeña operación de acabado y coser la etiqueta identificándolas como producidas localmente. Para prevenir esas operaciones, el Gobierno indonesio dice que está trabajando para mejorar el sistema de emisión de certificados de origen, con objeto de prevenir la reexportación ilegal.
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