Europa, unida en la Red
Tras haber derrumbado fronteras y muros sin descanso a lo largo del último medio siglo, la Unión Europea está a punto de cumplir un nuevo paso hacia su integración: el lanzamiento de un dominio Internet común, el .eu. Podría parecer a primera vista un avance secundario en comparación con otros logrados por la UE, pero tiene una gran relevancia. La aparición de la denominación .eu en la Red -desbloqueada definitivamente en los últimos días y prevista para dentro de seis meses- no representa sólo un paso adelante en la integración del continente; no supone únicamente la posibilidad para ciudadanos, instituciones y empresas residentes en la UE de matricular sus páginas web con un símbolo común. Es, además, un desafío a la hegemonía estadounidense en el control de Internet, que empezó con su creación, en los años sesenta, por encargo del Departamento de Defensa de Estados Unidos, y que se mantiene hoy a pesar de una tímida liberalización.
El dominio .eu se pondrá en el mercado como un competidor de los .com y .net, controlados por la empresa estadounidense Verisign
El profesor italiano Franco Denoth -miembro fundador de Eurid, el consorcio encargado por la UE de gestionar el proyecto .eu- explica: "Se trata, en primer lugar, de la afirmación de una identidad europea en Internet y de un instrumento que facilitará el comercio electrónico. Pero, además, está claro que la denominación .eu surgirá como una competidora de las denominaciones globales como .com o .net, cuyo control está en manos estadounidenses". Un control que, entre otras cosas, supone el derecho de cobrar anualmente para mantener registrados unos 50 millones de sitios web (el 65% del total) y para inscribir los nuevos que surjan por cifras que oscilan entre 6 y 10 dólares. Un negocio interesante, ahora y que puede ser espectacular en el futuro, con la perspectiva de un vertiginoso crecimiento del número de sitios en Internet. En 1998 había, en total, unos dos millones; hoy, son más de 70 millones.
El nacimiento del .eu significa que la UE tendrá un registro de Internet propio, en el que, como en la páginas blancas telefónicas, tendrán que apuntarse quienes quieran una dirección .eu; que la UE decidirá quién gestionará ese registro y cobrará por las inscripciones y el mantenimiento, y que el .com tendrá un competidor muy serio.
Las ventajas del .eu
Al igual que en otros sectores, la UE se integra con la intención y la esperanza de contar más en la escena global. El símbolo común tiene la envergadura y las calidades para enfrentarse con éxito al .com. "Porque", explica Denoth, "ofrece a las empresas las ventajas de una matricula global, como el .com, con algo que éste no tiene: destacar una procedencia comercialmente prestigiosa como la de la UE. Calculamos que durante el primer año deberían registrarse alrededor de un millón de sitios web". Una cifra importante, pero bien lejana de los 36 millones que están en el registro .com, controlado por la estadounidense Verisign Incorporated, una empresa que también gestiona el .net y que facturó en 2004 unos 1.200 millones de dólares (unos 940 millones de euros).
El control de los registros .com y .net, que juntos representan el 53% del total, es en todo caso sólo uno de los aspectos de la hegemonía estadounidense en el sector. Y la alternativa europea .eu es únicamente el último episodio de la intensa y poco conocida lucha para el control de la gestión de la Red, una batalla que tiene por objetivo el traslado de las competencias decisorias en materia Internet desde autoridades de EE UU hacia instituciones internacionales.
Paloma Llaneza, abogada especialista en derecho de las nuevas tecnologías, señala que la clave del asunto es que "Internet no tiene un verdadero sustrato jurídico, no funciona según normas fijadas por legisladores. Las leyes que lo regulan son o derivan de las soluciones técnicas que se adoptaron en las distintas fases de su crecimiento", soluciones estudiadas y aplicadas en EE UU, por encargo del Departamento de Defensa. De ahí que, "como legado de la situación anterior, la gestión de la Red sigue siendo operada por agencias o empresas estadounidenses según los términos pactados con el Gobierno de Washington".
La historia de los registros de los dominios genéricos (como .com o .net) ilustra a la perfección esa dinámica. "Cuando el sistema Internet se abrió al sector privado, experimentó un crecimiento vertiginoso de los usuarios. En lugar de identificar cada máquina conectada sólo con un número, como los teléfonos, se pensó asociar esos números con nombres [como www.elpais.es] para simplificar las cosas a los usuarios. Desde entonces, para que el sistema funcione, es esencial que a cada número corresponda un solo nombre", explica Llaneza.
Frente a la exigencia de constituir unos registros y un sistema de conexión que funcione a través de ellos, el Gobierno estadounidense confió, en 1993, el monopolio de la gestión a la sociedad Internic. En un primer momento incluso subvencionaba la gestión, y luego, en 1995, permitió que se cobrara para el servicio. El negocio se puso interesante, e Internic fue adquirida por el gigante de las telecomunicaciones AT&T. En 2002, cuando ya las leyes de la competencia habían roto el monopolio, fue adquirida por Verisign, que de todas formas, con la compra, heredó los preciosos registros .com y .net.
La presión europea
El malestar de los países desarrollados frente a la hegemonía estadounidense en un sector de tal relevancia estratégica produjo algunos resultados hacia la mitad de los años noventa. Hasta entonces la máxima autoridad en materia Internet era Iana (Internet Assigned Number Authority), una agencia gubernamental de Estados Unidos. La Administración de Clinton cedió a la presión e impulsó la creación de un organismo de gestión en el que hubiera una representación internacional. Ese organismo, el Icann, vio la luz en 1998. Pero no fue una panacea.
El Icann es un instituto sin ánimo de lucro de derecho civil "creado por el Gobierno EE UU y sometido a las leyes del Estado de California, donde está su sede", avisa Llaneza. Es decir, no es una institución internacional. Y, como se lee en su propio sitio web, tiene un "papel muy limitado". "Icann es un avance", señala Denoth, "pero, de hecho, el control americano sigue siendo fuerte", subraya. "De alguna forma es incluso comprensible. Ellos han creado y gestionado la Red del principio. Tienen las riendas en sus manos. No las van a soltar fácilmente".
Javier Sáenz, directivo de Arsys, la mayor empresa española del sector, especifica que "no hay un control directo de la Administración estadounidense sobre Icann, pero más de la mitad de las casi 300 empresas que están representadas son de EEUU...".
La relevancia estratégica del sector es indiscutible. También lo es la necesidad de una gestión centralizada de la Red, para que la misma funcione. Eso, a la vez, indica cómo la idea de Internet como sistema abierto y descentralizado -o incluso anárquico- es correcta sólo en parte, y como la lucha para la gestión multilateral de Internet pasa necesariamente por la creación de una institución internacional centralizada e independiente.
Una denominación para personas físicas y jurídicas
A PESAR DE QUE la semana pasada apareció en la Red el primer sitio con denominación europea -el www.eurid.eu, de Eurid, el consorcio al que en mayo de 2003 confió la UE la gestión del proyecto .eu-, la entrada oficial en Internet de la denominación .eu está prevista para dentro de seis meses. Antes habrá cuatro meses de periodo de lanzamiento, el plazo que permitirá a las instituciones y a los dueños de marcas registradas reservar sus dominios.
La denominación .eu, al igual que la ciudadanía europea, se añade a las nacionales, que seguirán existiendo. Estará disponible para todas las empresas, instituciones o ciudadanos residentes en los 25 países miembros de la Unión. Eurid venderá los dominios a las
empresas registradoras a un precio de 10 euros. Éstas serán libres de fijar su precio en la reventa a los particulares.
El precio base es parecido al practicado por muchas de las agencias nacionales que gestionan los dominios territoriales ( .fr, .it o .uk). Los precios en España son de los más elevados de Europa. Eso, junto a unas reglas de registro estrictas, justifica la escasez de dominios .es en comparación con los de otros países.
España tiene actualmente unos 88.000 dominios registrados, la mitad que países como Hungria y la República Checa. En términos de proporción población / dominios registrados, España se encuentra en las últimas posiciones de la UE. Por eso la autoridad española responsable del sector -la entidad pública empresarial Red.es, dependiente del Ministerio de Industria, y en concreto su departamento Esnic- está preparando una reforma para flexibilizar las normas y reducir los precios.
La reforma se pondrá en marcha en junio, y estará en pleno vigor después de una fase transitoria de unos cuatro meses.
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