Llamazares reclama un nuevo pacto antiterrorista y Zapatero lo rechaza

Gaspar Llamazares, portavoz de Izquierda Verde, aprovechó ayer la tensión entre el PP y el PSOE para dar por muerto el pacto antiterrorista y pedir al presidente del Gobierno uno nuevo que cuente con todos los partidos. "Una vez certificada la defunción del viejo pacto antiterrorista, ¿está dispuesto a dinamizar un pacto de todas las fuerzas políticas democráticas de esta Cámara? ¿Se atreve usted?", le espetó. Pero el presidente esquivó ese embate con su habitual reclamo a la comprensión: "Señoría, y seguro que me da la razón, después del debate que tuvimos ayer no está la cosa para proponer nuevos pactos. Tengamos prudencia. Lo que le pido en esta materia es el depósito de confianza que creo que hay que darle al Gobierno. Me comprometo a intensificar el diálogo y la información".

Fue el cruce más centrado en la economía de todos los que tuvo Zapatero en el debate. Si con Rajoy ese asunto había pasado prácticamente desapercibido, Llamazares no desaprovechó la oportunidad para reclamar al PSOE que, si quiere seguir teniendo el apoyo de los cinco diputados de Izquierda Verde, debe cambiar el rumbo de la política económica. "Se están aplazando los cambios de izquierdas. El talante se puede quedar en un gesto. Nosotros vamos a ser un acicate en las políticas de izquierdas, donde nos queda todo por hacer", insistió después de denunciar los datos de siniestralidad y precariedad laboral. "Decía Celaya", citó el líder de IU, "que la gente de izquierdas nos destacamos por la insatisfacción. Nosotros estamos insatisfechos por esta economía basada en el ladrillo, que genera precariedad y siniestralidad laboral. Éste es el país más desigual de los 15 de la UE. Y ustedes reducen los impuestos más altos, van a abaratar el despido y van a seguir con las privatizaciones", se quejó.

Llamazares resumió este primer año, en positivo, como el de la "restauración democrática", porque se ha vuelto al punto de partida desde la "regresión" del PP en cuestiones como el pluralismo en TVE. Pero ahora hay que empezar, sostuvo, el camino de la verdadera "regeneración democrática" dando un fuerte impulso, por ejemplo, al papel del Parlamento.

Zapatero prometió avances en todos estos campos, pero especialmente en el de la economía. Admitió que hay muchas cosas que no están bien, pero pidió tiempo. "La mayor precariedad que había en este país era el trabajo ilegal de los inmigrantes. A partir de ahí, la voluntad política es explícita. El tiempo es el que es. No puedo estar satisfecho con los datos de temporalidad del 30% que tiene nuestro mercado laboral. Eso está en relación directa con las políticas de reforma en materia de subcontratación, porque forman parte también de una orientación nueva en un amplio programa a favor de la estabilidad, el mercado laboral y subcontratación", explicó.

Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya-Verds volvieron ayer a un sistema que habían utilizado, con escasa satisfacción para ambos, al principio de la legislatura: el reparto de los tiempos. Izquierda Verde tuvo, de nuevo, dos portavoces, Gaspar Llamazares y Joan Herrera. Esta decisión se debe, según fuentes de la coalición, a las discrepancias sobre la propuesta de financiación catalana. Iniciativa es copartícipe de esa idea, pero Llamazares la criticó por "insolidaria". Eso provocó un enfado importante en ICV que ha llevado a este reparto de tiempos.

Herrera se centró ayer en la política de medio ambiente y en la financiación catalana. En esto último, Zapatero no entró a ningún trapo y se limitó a comentar su buena disposición: "Debe haber una decantación natural de la reforma del estatuto. Yo decidiré el momento de saltar a la cancha", dijo mientras bromeaba sobre su afición por el Barça.

Pero en medio ambiente, el diputado de Iniciativa sí logró arrancarle al presidente un compromiso que ni siquiera está en el programa electoral del PSOE ni ha sido aceptado por el ministro afectado, el de Industria, José Montilla. Zapatero habló por primera vez de calendario de cierre de las centrales nucleares, temá tabú para algunos socialistas y clave para Herrera, que lo lleva a todas las mesas de negociación con el PSOE: "La energía que necesitamos está absolutamente volcada en el petróleo. Tenemos que ir avanzando rápidamente hacia fuentes alternativas. Le invito a que tengamos un diálogo específico con los ministerios afectados para establecer una aproximación a un horizonte temporal, a un calendario de cierre de la energía nuclear en nuestro país".