Vall d'Alba desconoce los planes de Territorio para instalar una incineradora
El alcalde advierte de que la planta tendrá que cumplir la normativa ambiental
El alcalde de Vall d'Alba, Francisco Martínez, aseguró ayer desconocer los planes que tiene la Consejería de Territorio para la instalación de una planta de incineración en el polígono industrial de este municipio castellonense. Martínez dijo no tener ninguna constancia oficial de la iniciativa asumida por Territorio y propuesta, al parecer, por una filial del grupo Lubasa.
Aún así, el alcalde de Vall d'Alba hizo especial hincapié que todo proyecto que pretenda instalarse en el polígono deberá cumplir toda la normativa ambiental vigente. Francisco Martínez no se quiso pronunciar sobre un proyecto que desconoce y aseguró que ni la empresa ni la consejería ha presentado la iniciativa al Ayuntamiento. De todas formas, aludió a que existen sociedades que disponen de parcelas en el polígono y que pueden desarrollar cualquier tipo de proyectos. Éste es precisamente el caso de Calviga, otra de las filiales de Lubasa, que desarrolla la urbanización de uno de los sectores del polígono y que dispone de suelo para la instalación que cualquier proyecto.
Fuentes implicadas en la iniciativa indicaron ayer que se han llegado a barajar dos proyectos distintos. Por una parte, una incineradora de residuos industriales que, al parecer, está descartada, y otra planta la incineración de los sobrantes de las plantas de tratamiento de residuos urbanos que, según estas fuentes, es la que está empezando a desarrollarse. La iniciativa habría partido del grupo Lubasa con el fin de obtener rendimiento energético a los subproductos que se obtienen de las distintas plantas de tratamiento y que, en muchos casos, van a parar a vertederos, debido a que no encuentran una aplicación. La incineración supondría su conversión en energía eléctrica pero este sistema provoca rechazo debido a la emisión, entre otras cosas, de dioxinas a la atmósfera. Sin embargo, según las mismas fuentes, la tecnología desarrollada puede evitar las emisiones tóxicas y adecuarse a la normativa europea. La defensa y justificación de esta planta incineradora se sitúa en la saturación de los vertederos y los problemas que conlleva la construcción de los mismos, entre otras cosas, por la perpetuidad de los residuos en el lugar de depósito.
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