Belén siempre será cristiana

Las elecciones municipales han pasado también por Belén, dejando al descubierto la fosa que separa a las comunidades musulmana y cristiana en esta ciudad palestina de Cisjordania. Las fuerzas musulmanas, a pesar de ser las más numerosas, están condenadas al ostracismo en favor de la minoría cristiana, que una vez más controlará el Ayuntamiento. Son los efectos del protocolo de Belén, un documento de dudosa legitimidad firmado por el presidente palestino Yasir Arafat, por el que se garantiza que el municipio no caerá jamás en manos del islam.

"¿Cómo es posible que Belén,una ciudad con más del 60% de población musulmana, sea gobernada por la minoría cristiana?", se pregunta indignado Saleh Afif Saleh, de 42 años, dirigente local del partido fundamentalista Hamás, licenciado en Administración de Empresas y propietario de una tienda de moda en el centro de la ciudad, mientras examina los resultados de unas elecciones municipales ganadas por su organización.

El acceso de Hamás al Ayuntamiento de Belén está bloqueado por el protocolo firmado por Arafat poco antes de morir en el que se conceden a perpetuidad a la minoría cristiana ocho de sus 15 concejalías. El resultado de la aplicación del protocolo es claro: el alcalde será siempre un católico, y el teniente de alcalde, un cristiano griego ortodoxo. Los musulmanes sólo pueden tener siete ediles.

"No nos quedaremos con los brazos cruzados; hemos impugnado el proceso electoral y pensamos recurrir contra el protocolo, para que sea revocado por antidemocrático", insiste Saleh Afif Saleh, el tercer candidato de Hamás en las elecciones municipales, al tiempo que insiste en que el alcalde debería ser su compañero Hasan Husein Safi, de 48 años, imán de una mezquita local y cabeza de la lista de la formación integrista.

Las fuerzas islamistas de Belén aseguran que el protocolo es resultado de las presiones de la comunidad internacional, encabezadas por el Vaticano, sobre la Autoridad Palestina. "No se dan cuenta de que los musulmanes somos una comunidad tolerante; estamos dispuestos a respetar todas las religiones, incluidas las cristianas, y que para nosotros sus iglesias, sobre todo la Basílica de la Natividad, son como nuestro propio templo", dice el dirigente de Hamás.

La polémica es baldía. El protocolo de Belén impondrá dentro de pocos días como alcalde a un católico. El alcalde será votado por el Consistorio en la primera sesión constituyente que se celebrará el próximo día 22. El más firme candidato al puesto es Víctor Batarseh, de 70 años, médico y dirigente del marxista Frente Popular para la Liberación de Palestina.

"El Protocolo de Belén no es más que reflejo de la tradición de una ciudad, en la que nació Jesús, y que hasta ahora siempre ha tenido un alcalde cristiano: no creo que las cosas vayan a cambiar por ahora", asegura Batarseh, al tiempo que reconoce la creciente importancia de la mayoría musulmana. Los cristianos, mientras, continúan emigrando al extranjero.