El Gobierno vasco ordena la apertura inmediata de la planta de Babcock en Sestao que cerró la empresa
La planta de Babcock Borsig en Sestao (Vizcaya) deberá reabrirse de forma "inmediata". El Departamento de Trabajo vasco dice que "no concurren" las circunstancias necesarias para mantener un cierre patronal. Babcock Borsig ordenó el cierre el pasado viernes alegando riesgos para las personas y los equipos, y justificó su decisión en la retención de directivos y en los destrozos de material. La reapertura responde a la petición hecha ayer mismo por el comité de empresa. La firma de bienes de equipo, que emplea a 425 personas, facturó 56 millones de euros en 2004 y la previsión para este año es llegar a los 80 millones, según la propia compañía.
El conflicto en Babcock se encuentra en vía muerta, según fuentes sindicales, y con una difícil salida. Los sindicatos en la planta mantienen como condiciones para terminar con la huelga la readmisión del director financiero, detonante de la huelga el pasado 28 de abril, y la salida del capital de Austrian Energy. La empresa apuesta por la negociación y reitera que no tiene intención de abandonar. Babcock está dispuesta a admitir al despedido, pero esta condición es insuficiente para el sindicato nacionalista ELA. En un comunicado aseguró que no acepta otra cosa que la salida de Austrian Energy y la creación de una empresa pública liderada por los Gobiernos español y vasco.
Fuentes de los dos sindicatos mayoritarios en la fábrica, UGT y CC OO, estiman que la radicalización de las posturas sindicales en la planta están llevando a los trabajadores a un callejón sin salida. La SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), que realizó la privatización de la empresa a la alemana Borsig en octubre de 2001 y tuteló la posterior venta en 2004 a Austrian Energy, ha recordado en reiteradas ocasiones que la vuelta al sector público es imposible. La privatización supuso la clausura de un expediente de la Comisión Europea por ayudas que vulneraban la competencia y la creación de una empresa nueva con los activos latentes.
Los socialistas vascos también pidieron ayer que se levantara el cierre patronal y lo condicionaron a un encuentro de mediación con el presidente de Austrian Energy, Christian Schmidt.
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