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EL FIN DE LA II GUERRA MUNDIAL EN EUROPA

Alemania y Rusia, más cerca que nunca

Pilar Bonet

Alemania, el invasor forzado a capitular por el Ejército Rojo hace 60 años, es hoy uno de los Estados más vinculados a Rusia. Nunca antes ambos países habían estado tan cerca, según coincidieron el canciller Gerhard Schröder y el presidente Vladímir Putin en una entrevista conjunta al diario Bild. Moscú apoya la candidatura de Alemania como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y los vínculos económicos y políticos se ven reforzados por la amistad personal entre ambos dirigentes.

Putin conoce bien Alemania por haber servido al KGB (servicio de seguridad soviético) en la República Democrática Alemana (RDA) de 1985 a 1990, y por haber tratado con empresarios alemanes en la alcaldía de San Petersburgo, cuando era responsable de las relaciones internacionales en los noventa. A la hora de hacer negocios, Alemania y Rusia cuentan con recursos humanos particulares, ya que el predominio de los veteranos de los servicios secretos en el Kremlin parece haber revalorizado a los ex agentes del KGB y de la Stasi (servicio de seguridad germano-oriental).

En 2004, el comercio bilateral alcanzó el volumen récord de 31.000 millones de euros. Alemania es hoy el principal socio comercial de Rusia y los planes de futuro son de gran calado. En abril, el gigante químico BASF y el monopolio del gas ruso Gazprom acordaron construir un gasoducto en el mar Báltico y explotar conjuntamente los yacimientos de Siberia Occidental, a partir de 2006. El proyecto, que prevé una inversión de más de 800 millones de euros, es histórico por tratarse de la primera vez que el Kremlin permite a un país extranjero participar en la extracción de gas en su territorio.

Inquietud de los vecinos

El trato, no obstante, inquieta en Polonia y Ucrania, países que temen ver debilitada su posición de tránsito para la energía rusa hacia Europa. Un tercio de las importaciones de gas y petróleo de Alemania procede de Rusia. Otro gran contrato, esta vez por 1.500 millones de euros, asocia a la empresa Siemens y los ferrocarriles rusos para construir 60 trenes de alta velocidad. En Rusia funcionan más de 3.500 empresas alemanas. En 2004, los bancos alemanes facilitaron entre 18.000 y 24.000 millones de dólares a Rusia, un tercio de los préstamos recibidos por este país.

La experiencia de la guerra de Putin y Schröder es diferente, pero igualmente penosa. Putin, de 51 años, asegura que nunca guardó rencor a los alemanes, pese a que su hermano mayor murió durante el sitio de Leningrado, su padre fue herido y su madre casi fue enterrada viva entre las víctimas del hambre. Para Schröder, nacido en 1944, la guerra supuso la muerte de su padre en el frente de Rumania y una niñez marcada por la pobreza.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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