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El Gobierno central recurrirá el sistema de elección de los directores de colegios

El Ministerio de Educación requerirá inicialmente al departamento que retire su decreto

El Ministerio de Educación está dispuesto a recurrir a los tribunales el decreto que aprobó recientemente el Departamento de Educación sobre la elección de los directores de los colegios de la red pública porque no se ajusta a la Ley de Calidad de la Educación (LOCE). De momento, el ministerio requerirá al departamento que dirige en funciones Anjeles Iztueta para que rectifique el decreto y en el caso de que no lo haga, la Abogacía del Estado presentará un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior vasco. La LOCE es una normativa básica y, por tanto, de obligado cumplimiento en toda España.

Las diferencias entre lo que marca esa ley para elegir a los directores y el camino elegido por el decreto son sustanciales. La Ley de Calidad establece un procedimiento de selección de directores mediante un concurso de méritos, que debe ser evaluado finalmente por una comisión mixta. Esta comisión está integrada por representantes de la Administración educativa y de cada centro.

Por contra, el decreto aprobado por el departamento y que fue publicado en el Boletín Oficial del País Vasco el pasado 25 de abril, indica que el director será elegido exclusivamente por el consejo escolar de cada centro, su órgano máximo de representación y donde tienen cabida representantes de padres, profesores y alumnos. Así, este procedimiento excluye la participación de la Administración educativa y lo deja todo en manos de cada consejo escolar.

El departamento justificó en su momento la aprobación del decreto para ajustarse a la Ley de Escuela Pública Vasca, que, junto a la Ley Orgánica de la Participación, Evaluación y el Gobierno de los Centros Docentes (LOPEGCE), ha regido la renovación de los directores. Sin embargo, la aprobación en 2002 de la LOCE convierte a esta ley en la única referencia para elegir directores.El Consejo de Escolar de Euskadi, el órgano superior de consulta de la Administración educativa en el que participan todos los estamentos relacionados con el mundo de la enseñanza, ya anticipó en febrero los problemas con los que se podría topar el departamento. En un dictamen sobre el decreto, rechazó el proyecto por no ajustarse a la Ley de Calidad de Educación.

A pesar de que el Consejo se ha mostrado abiertamente crítico con esta ley, en su dictamen reconoce que se trata de una normativa básica. "Ante la discrepancia entre ambas normas [la LOCE y el decreto], no cabe duda de la prevalencia de la de rango jurídico superior, en este caso la LOCE, máxime cuando se trata de una disposición que afecta al modelo de provisión de la dirección de los centros públicos", señaló el Consejo en su dictamen de febrero.

Al margen de la inseguridad jurídica en la que podría entrar el decreto, la sensación entre los directores de los colegios es que el Departamento de Educación ha desaprovechado una oportunidad para mejorar las condiciones laborales de los equipos directivos. Algunos directores de centros de Secundaria consultados por este periódico calificaron de "plano" el decreto, en referencia a su falta de estímulos sociales, económicos y de liberación horaria.

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Tres años

En la actualidad existen dos redes que aglutinan a los directores de centros públicos de Euskadi: Sarean, que reúne a los directores de Primaria, y la Asociación de Directores de Secundaria-BIHE. Ninguna ha expresado su postura de manera oficial aún, pero ambas se han reunido durante la semana pasada con vistas a presentar una actitud común ante el departamento, que ahora está en funciones hasta que se constituya el nuevo Gobierno vasco.

El decreto incluye varias novedades, como la de reducir de cuatro a tres años la duración del mandato de los directores. Sobre su forma de elección, establece que el director será elegido por mayoría absoluta por el consejo escolar de cada centro. El director, al que se le exigirán tres años de docencia como mínimo, debe salir elegido entre el personal docente del centro, en el que debe llevar al menos un año impartiendo clase o dedicado a otro tipo de labores relacionadas con la educación. Una vez elegido por el consejo, el director será nombrado por el delegado territorial de Educación cuando haya superado un curso específico de preparación para cubrir cargos directivos.

Una vez que el aspirante haya aprobado ese curso, el delegado le nombrará director por un periodo de tres años y con efectos desde el 1 de julio. Eso significa que los candidatos tendrán que pasar el curso durante junio, un mes habitualmente muy complicado en los colegios, en plena época de exámenes. Con el decreto ya publicado en el Boletín Oficial del País Vasco, la primera semana del próximo mes de junio deberán estar seleccionados los candidatos para después hacer frente al curso específico. En el caso de que en un centro no se presenten candidatos o que el que haya sido elegido no supere el curso de preparación, el departamento nombrará director por un plazo de un año al profesor que considere más oportuno, esté o no destinado en el centro.

A lo largo del decreto no se hace referencia a las condiciones laborales de los directores, un colectivo que históricamente ha planteado la dedicación preferente al cargo, liberándole de horas de clase a los alumnos. "Dirigir el proyecto educativo de un centro precisa del máximo tiempo posible", asegura la directora de un colegio público.

Autonomía de gestión

El éxito o el fracaso que se pueden producir en un centro educativo están muy relacionados con la estabilidad y el entusiasmo de su equipo directivo, pero en la actualidad, los directores sienten que su trabajo carece del prestigio y el reconocimiento social y económico que el puesto merece. Por eso, sólo uno de cada cinco directores de centros públicos ha accedido al cargo de manera voluntaria. El resto han sido nombrados a dedo por la Administración o el claustro de profesores de cada centro entre voluntarios forzosos.

Ésta es una de las conclusiones del estudio que hace tres años realizó el departamento para conocer la situación de los equipos directivos. La liberación horaria, mayor autonomía de gestión para los centros y más estímulos sociales y económicos son algunas de las reivindicaciones que salieron a la luz en aquel momento y que persisten en el tiempo. La sensación de inestabilidad entre los equipos que dirigen los centros es más acusada en la etapa de Secundaria que en Infantil y Primaria.

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