Veto telefónico con la 'acción de oro'

Telefónica de España no podrá controlar más del 10% de Portugal Telecom (PT) y deberá vender todas las acciones que superen este límite máximo, aunque resulten de la reducción de capital de la empresa lusa aprobada en la junta general de accionistas del pasado 29 de abril. Ésa es la decisión que ha tomado, utilizando su acción de oro, el nuevo Ejecutivo portugués.

Muchos analistas denuncian la extremada vulnerabilidad de la operadora portuguesa ante una posible OPA hostil por parte de Telefónica

Esta decisión va en contra de una propuesta de la comisión ejecutiva, y aprobada por el consejo de administración de PT hace dos meses para cambiar los estatutos de la operadora lusa con vistas a permitir que Telefónica -una empresa de la competencia- controlase más del 10% de las acciones de la empresa, aunque manteniendo sus derechos de voto limitados a ese techo.

Pero el nuevo Gobierno luso, que tomó posesión el 12 de marzo, no ha dado el visto bueno a esta propuesta, según varias fuentes citadas por diversos medios de comunicación lusos. El Estado portugués posee 500 acciones de PT que le dan derecho de veto en cuestiones estratégicas, la llamada acción de oro.

La reducción de capital de PT, a través de la compra de acciones propias, podrá llevar a un aumento de la participación de Telefónica desde el actual 9,69% al 10,33%. El Ejecutivo de Lisboa considera que permitir a Telefónica superar el límite del 10% supondría un precedente que podría tener como consecuencia una presencia cada vez mayor de la participación de la empresa española en PT. Telefónica es, actualmente, el mayor accionista de Portugal Telecom.

Las ambiciones de Telefónica dentro de PT son un blanco constante de advertencias por parte de muchos empresarios, analistas e inversores lusos, que denuncian con frecuencia la extremada vulnerabilidad de la operadora lusa ante una operación de compra hostil por parte de Telefónica. Un 70% del capital de Portugal Telecom está disperso entre inversores internacionales, principalmente estadounidenses. La empresa, que cotiza simultáneamente en la Bolsa de Nueva York y en la de Lisboa, tiene 170.000 accionistas; sólo un 10% son particulares.

El presidente ejecutivo de PT, Miguel Horta e Costa, asume que la empresa es muy vulnerable ante una compra hostil debido a las nuevas tendencias de los mercados financieros internacionales, pese a la acción de oro estatal. Y ha defendido públicamente un reforzamiento del núcleo de accionistas portugueses de referencia hasta un 33% del capital. Otras voces -como Ricardo Salgado, presidente del Banco Espírito Santo, segundo accionista de PT- habían enviado también algunos mensajes al nuevo Gobierno a través de la prensa, apelando a que no se tomaran decisiones que debiliten aún más Portugal Telecom. Las palabras de Salgado van también dirigidas a la Autoridad para la Competencia, que pretende acabar con algunos de los privilegios de la operadora portuguesa en el mercado luso de teléfonos fijos.

Malestar de los accionistas

Pero la forma como se ha tomado la decisión de no permitir a Telefónica aumentar su participación en Portugal Telecom no fue bien recibida por los accionistas de referencia de la empresa portuguesa, como el Banco Portugués de Inversión. Consideran que el consejo de administración -que había aprobado la propuesta por unanimidad- ha sido desautorizado y reclaman una nueva definición de los poderes del Estado en la operadora.

Por otra parte, se supo la semana pasada que António Viana Baptista, presidente de Telefónica Móviles no aceptó el nombre propuesto por Lisboa como nuevo presidente ejecutivo de Vivo, la mayor operadora brasileña de telefonía móvil, que Telefónica y Portugal Telecom controlan a partes iguales. Se trataba de António Mexía, ex presidente de la petrolera Galp y ex ministro de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones. Las divergencias sobre Vivo han sido determinantes en la decisión de impedir un aumento de la participación de Telefónica en PT.