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Irak completa el Gobierno con los ministros de Petróleo y Defensa

Un atentado contra un convoy civil de EE UU mata a 22 personas en Bagdad

El nuevo Gobierno iraquí de mayoría chií acordó ayer, después de meses de discusiones, nombrar a los ministros de Petróleo y de Defensa y completar el gabinete de 35. La cartera de Defensa fue para un suní, quien deberá combatir la insurgencia (mayoritariamente de su comunidad), que desde la constitución del resto del Ejecutivo, hace nueve días, ha matado a 300 personas. El último atentado contra un convoy civil de EE UU asesinó a 22 personas.

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A pesar de que se albergó la esperanza de que el anuncio de la constitución final del Gobierno contribuiría al descenso de la violencia, un atentado suicida en Bagdad acabó ayer con la vida de 22 personas, incluyendo dos que la policía iraquí identificó como estadounidenses, e hirió a una docena. Entre los heridos figura un grupo de niñas que salían de la escuela.

Las nuevas designaciones completan el gabinete de 35 ministros del nuevo primer ministro Ibrahim al Yafari, y eleva a seis el número de suníes en el Gobierno. Al Yafari ha dicho que los nombres de los nuevos ministros se mantendrán en secreto hasta la sesión parlamentaria de hoy, donde se los nombrará oficialmente en el cargo. No obstante, el primer ministro añadió que la constitución del gabinete cumple el objetivo de crear un Gobierno donde estuviesen representados todos los grupos étnicos y religiosos del país, incluyendo la díscola minoría suní.

Tras semanas de avances en falso y retrocesos en la formación del nuevo Ejecutivo, Al Yafari llegó a granjearse una desafortunada reputación de indeciso e incluso de débil, atizada por sus críticos, algunos de ellos pertenecientes a la propia coalición de Gobierno mayoritariamente chií. Pero como dijo ayer el primer ministro, "el trabajo está hecho". Laith Kubba, un portavoz de Al Yafari, señaló ayer que la designación de los suníes ha sido aprobada no en "un solo círculo, sino en varios".

Varios políticos suníes y chiíes señalaban ayer a Sadun al Dulaimi como el suní que ocupará la cartera de Defensa. Al Dulaimi es miembro de una poderosa tribu suní de la provincia Al Anbar, una zona al oeste de Bagdad, corazón del triángulo suní y el principal centro de la insurgencia.

Las mismas fuentes apuntaban que el chií Ibrahim Bahr al Ulum se encargará del estratégico Ministerio de Petróleo. El primer ministro Ibrahim al Yafari indicó que también se había alcanzado un acuerdo para nombrar a los otros tres ministros que habían quedado vacantes.

Mientras Al Yafari daba los últimos retoques a su gabinete, en las calles de Bagdad la violencia no cesaba. Testigos del atentado perpetrado ayer aseguraron que el convoy, formado por tres vehículos todoterreno de los que son utilizados habitualmente para escoltar a estadounidenses e iraquíes prominentes, recibió el impacto de la explosión cerca de la plaza Tahir, en la orilla oriental del Tigris, aparentemente cuando se dirigía a la Zona Verde, en el otro lado del río. Dos helicópteros de Blackwater USA, la compañía con sede en Carolina del Norte que tiene numerosos contratos para proteger a diplomáticos estadounidenses, así como a altos funcionarios iraquíes, llegaron al lugar de los hechos en cuestión de minutos.

Los heridos iraquíes, entre los que se encontraban tres escolares, fueron trasladados al vecino hospital Kindi entre escenas de pánico, con una multitud rebuscando entre los destrozos a familiares y amigos. Funcionarios de la Embajada estadounidense señalaron que 22 personas habían muerto en el atentado, dos de ellas estadounidenses, y señalaron que se habían producido dos explosiones, mientras que los testigos mantenían versiones diferentes: algunos aseguraban que un coche impactó contra el convoy mientras que otros afirmaban que el coche bomba estaba aparcado. La segunda explosión pudo provenir del depósito de gasolina de uno de los vehículos.

Dos niños iraquíes pasan delante de dos cadáveres en una calle de Ramadi, 115 kilómetros al oeste de Bagdad.
Dos niños iraquíes pasan delante de dos cadáveres en una calle de Ramadi, 115 kilómetros al oeste de Bagdad.AP

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