Atentado sectario

Hace tan sólo unas semanas, expertos militares estadounidenses consideraban que la insurgencia en Irak estaba "desinflándose". Ayer, un ataque suicida en la ciudad kurda de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, acabó con la vida de al menos 45 personas que hacían cola ante la sede de uno de los dos principales partidos que también servía como centro de reclutamiento de la nueva policía. Se verifica así la rectificación de los mismos militares cuando hace unos días admitieron su error y estimaron que la resistencia no sólo estaba creciendo de nuevo, sino que su objetivo era ahora provocar una "guerra sectaria" entre iraquíes. Es de esperar que ni las milicias kurdas ni las chiíes caigan en la trampa de responder atacando a la población suní, pues esto es justo lo que busca este tipo de ataques.

El de ayer fue el peor atentado desde que un conductor suicida asesinara el pasado 28 de febrero a 125 personas al sur de Bagdad. Pese a estos atentados masivos, los análisis militares consideran mucho más mortíferos y peligrosos los ataques con armas ligeras que se producen a diario en Irak, pero cuya cuenta se pierde. En todo caso, estas condiciones hacen más difícil a la Administración de Bush pensar en reducir su presencia militar en Irak.

Lejos de dar la sensación de que el país se va estabilizando, estos atentados terroristas llenan de incertidumbre el futuro de la nación mesopotámica, tres meses después de las históricas elecciones en las que chiíes y kurdos se hicieron con el control del Parlamento, y a los pocos días de que finalmente se haya formado un nuevo Gobierno bajo la dirección de Ibrahim al Yafari, líder de la coalición chií ganadora de los comicios de enero. Pero en el nuevo Ejecutivo faltan seis carteras por adjudicar de un total de 35, entre ellas, las cruciales de Defensa y de Petróleo. Son los ministerios, en principio, destinados a los suníes y a los que Washington liga con la insurgencia. Todo ello presagia lo difícil que será redactar la futura Constitución antes de agosto, como está pactado.

El atentado en Erbil fue reivindicado por el llamado Ejército de Ansar al Suna, al que EE UU vincula con Al Qaeda. La detención en Pakistán de Abu Faraj al Libi, libio y supuesto número tres de la organización de Bin Laden, fue considerada ayer por Bush como una "victoria esencial en la guerra contra el terrorismo". Pero ello no quita para que Irak se haya convertido en centro y escuela de terrorismo.