_
_
_
_
Entrevista:JOSEP BARGALLÓ | PRIMER CONSEJERO DEL GOBIERNO CATALÁN | ENTREVISTA

"La solidaridad no puede limitarse"

Josep Bargalló forma parte de esa élite de Esquerra Republicana conocida como clan de la avellana, porque, junto con Josep Lluís Carod (presidente del partido) y Ernest Benach (presidente del Parlamento), procede del Camp de Tarragona. Este filólogo, a quien gusta definirse como primer ministro de Cataluña, le nombraron conseller en cap de la Generalitat de rebote, tras la dimisión de Carod por su entrevista con ETA. Este martes tomó posesión como primer consejero, después de que la Cámara catalana aprobara una ley específica que le confiere la ingente tarea de coordinar un Gobierno que maneja más de 26.500 millones de euros.

Pregunta. Tres tomas de posesión desde diciembre de 2003. ¿Todo un récord?

"Tenemos un Estado muy descentralizado en lo que respecta a la administración y la gestión, pero muy centralizado en decisión política. Hay que dar un paso adelante"
"El federalismo es un paso anterior al confederalismo. Y éste, a su vez, a la soberanía. Pero no es el momento de la soberanía de Cataluña. Estamos lejos de plantearla"
"La oposición tiene diversas tareas que desempeñar. Una, hablar mal del Gobierno, que hace mejor el PP que CiU. La otra, digerir que está en la oposición. Y CiU no lo ha hecho"
"El nuevo modelo de financiación debe ser válido para Cataluña, que no rompa los principios de solidaridad. Si los demás quieren el mismo modelo, no tengo inconveniente"
"La propuesta de financiación tiene voluntad de unidad en Cataluña; entendemos que es razonada y equitativa. Confiamos en que cuando la podamos explicar bien sea factible"
"El Parlamento catalán tendrá el nuevo estatuto aprobado de cara al verano o pendiente de aprobación durante el verano"

Respuesta. Creo que sí. Es todo un récord, pero en el periodo republicano hubo más cambios.

P. Usted es el sucesor de Carod-Rovira. Ocupa un departamento en que lo ha heredado todo. ¿Se siente cómodo?

R. Por supuesto. La nueva ley del primer consejero obligará a hacer una reestructuración interna porque ahora ya no tendré un departamento concreto, al igual que el presidente. Pero tengo confianza con todos los que trabajan conmigo, los nombrados por Carod o los posteriormente por mí.

P. La oposición dice que esta ley entroniza el conseller en cap, pero que el Gobierno continúa falto de coordinación.

R. La oposición tiene diversas tareas que desempeñar. Una es hablar mal del Gobierno, algo que hace bastante bien, mejor el PP que CiU. Y la otra es hacer propuestas, que hace bastante mal. Y la tercera -que seguramente explica cómo van las dos primeras- es digerir que está en la oposición. Y CiU todavía no lo ha hecho.

P. ¿Cree que la negativa de CiU a asistir a una segunda cumbre estatutaria convocada por Pasqual Maragall es una manifestación de esa tortuosa digestión?

R. El actual escenario viene marcado por un hecho, y es que los 23 años de CiU no han dado un nuevo estatuto, y los dos primeros años de este Gobierno catalanista y de izquierdas, sí. Y CiU se siente incómoda en esta situación. Pero estoy convencido de que CiU antepondrá su proyecto de país a sus intereses de partido.

En este proceso debe haber un acuerdo de las fuerzas políticas catalanas. Si éste se consigue en Sabadell o en el Parlamento, es anecdótico. Las pequeñas claudicaciones son absolutamente asumibles si comportan un acuerdo mayoritario. Debemos explicar a todo el mundo que el estatuto no es ni del Gobierno ni de la oposición, sino un proyecto de país. El estatuto tal como se está planteando en el Parlamento necesita un nuevo modelo de Estado, que signifique una segunda transición, que supere las carencias, los errores, los miedos...

P. ¿Esto significa ir más allá en la reforma de la Constitución planteada por el PSOE?

R. Significa que el modelo del Estado de las autonomías de estos 25 años ha consagrado una realidad que en sí misma es perversa: tenemos un Estado muy descentralizado en lo que respecta a la administración y a la gestión, y muy centralizado en decisión política. ¿Quién da el servicio público de salud? Las autonomías. ¿Quién marca las líneas políticas? El Gobierno central. Hay que dar un paso adelante y federalizar la capacidad de decisión política.

P. Que el estatuto arrastre al Estado hacia la federalización.

R. No sólo el estatuto de Cataluña. En la actualidad son planteamientos que se hace la mayoría de las formaciones vascas, aunque no sean coincidentes. También la Junta de Andalucía, el Gobierno del PP de Galicia... Muchos Gobiernos autónomos nos topamos con esa incapacidad de decisión política sobre lo que estamos gestionando. Lo que hace Cataluña es una propuesta potente, útil a su realidad territorial y para el bienestar de las personas. ¿Es una propuesta que puede ser asumida por las demás autonomías? Si les interesa y les parece adecuada, sí. La solución para las necesidades actuales del Estado español es un proyecto federal que tenga presente la diversidad de cada territorio. Ésta es la solución para que el Estado español vaya adelante, sea moderno y puntero en la UE.

P. ¿Cree que Cataluña se ve con capacidad para liderar un proyecto de este tipo?

R. Sería pedante decir que sí porque debe ser un proceso diverso y surgir de los distintos territorios del Estado. Cataluña se ve necesitada de adecuar su estatuto a la realidad actual. Y eso implica hacer unas propuestas en relación con el Estado.

P. Sorprende que usted, un independentista, se haya convertido en apóstol del federalismo.

R. Necesitamos un Estado federal para lograr la máxima igualdad de oportunidades de los ciudadanos catalanes con los del resto del Estado, para que Cataluña vea reconocida su diversidad, para que el Estado reconozca la pluriculturalidad,el plurilingüismo... Evidentemente, el federalismo es un paso anterior al confederalismo, y éste, a su vez, a la soberanía. Pero no es el momento de la soberanía de Cataluña. Sólo podemos empezar a plantearla seriamente cuando haya una mayoría de diputados y diputadas soberanistas en el Parlamento de Cataluña. Y estamos bastante lejos.

P. ¿Cuanto más a gusto se sientan con el Estado federal, más menguará el espíritu independentista?

R. Es un riesgo político que debemos asumir. Nosotros lo que nunca podemos decir es que, como somos independentistas, queremos que el Estado funcione peor porque así más gente se nos apuntará... No, nosotros somos independentistas por una cuestión de ideología política, no de coyuntura política. Por tanto, anteponemos a todo el bienestar de la gente, que debemos garantizarlo. Y tener un proyecto a largo plazo.

P. Para que el Estado federal no levante ampollas, ¿cómo debe explicarse en el resto de España?

R. Son siglos de un Estado centralizado, fundamentado voluntariamente por parte del Estado centralista en la incomprensión de los diversos territorios; siglos de propagación de una idea unitaria y de negación de la realidad propia de cada uno. Esto crea una cultura popular y, a veces, también intelectual que provoca que no sea fácil explicar nuestras posiciones... Estos días se dice: Cataluña es contraria al principio de solidaridad. Y es falso. Pido que alguien me explique cuál es el principio de solidaridad que en estos momentos se está ejecutando en el Estado español, dónde y cómo se regula. Porque no existe. Cataluña es favorable al principio de solidaridad, pero quiere que esté regulado para que todos sepamos a qué estamos jugando. La solidaridad no se impone, se acuerda.

P. ¿Y se limita?

R. No, la solidaridad no debe limitarse, sino regularse, ponerla en el contexto que corresponde y concretarla. La solidaridad no se debe limitar, pero no es ilimitada. No es un cajón de sastre. Si uno tiene 100 y el otro 80, el que tiene 100 debe ser solidario con el de 80, pero no hasta el punto de que el que tenía 100 se quede con 80. Por tanto, la solidaridad debe regularse para que todas las personas puedan desarrollarse en igualdad de condiciones en todas partes.

P. La propuesta sobre el nuevo modelo de financiación ha producido casi un rechazo frontal en el resto de España

R. Es una propuesta con voluntad de unidad en Cataluña, que entendemos que es razonada y equitativa. Confiamos que cuando la podamos explicar bien tanto al Estado como a los otros gobiernos autónomos, sea factible. Y es que más que preocuparnos de si se negocia bilateral o multilateralmente, lo que queremos es negociar la propuesta y que ésta se aplique en Cataluña.

P. Y debe ser un modelo exportable a otras comunidades.

R. Un modelo válido para Cataluña, que no rompa con los principios necesarios de solidaridad con el resto de los territorios. Si los demás quieren el mismo modelo, no tengo inconveniente.

P. ¿Piensan negociar, además de con CiU, también con el PP?

R. También. Es evidente que por motivos de representación política, de aritmética parlamentaria y de tradición histórica reciente, CiU es prioritaria. Sin embargo, los votos de CiU son necesarios para el estatuto, pero no para el modelo de financiación. Hasta ahora los modelos de financiación nunca se han aprobado en el Parlamento. Y creemos que no debe negociarlo sólo el Gobierno de Cataluña con el de Madrid.

P. Respecto a la vinculación entre estatuto y financiación, el presidente Rodríguez Zapatero decía en la entrevista publicada la pasada semana en EL PAÍS que sólo tenían una coincidencia en el tiempo, pero no una vinculación directa ni tampoco un planteamiento político que los una.

R. Formalmente es verdad. Lo que ocurre es que nuestra realidad como país hace que precise un nuevo modelo de financiación para ejecutar mejor las competencias que tenemos.

P. El hecho de estar en el Gobierno catalán ¿le ha dado a ERC una perspectiva de lo que es el núcleo duro del poder en España o ya tenía una idea y ha acabado de redondearla?

R. Ya tenía una idea al respecto y ha acabado de redondearla. Pero el núcleo duro del poder real tampoco está en los Gobiernos. Mucho está en los círculos financieros, industriales y, en algunos casos, en los mediáticos.

P. En la perspectiva federal, ¿cuántos ministerios cree que deberían desaparecer?

R. Muchos. Y algunos reforzarse, como el de Administraciones Públicas, que debería tener la parte troncal y común de muchas competencias que ya tienen las comunidades autónomas, con un papel importante de coordinación. En Canadá tienen un consejo federal de los presidentes de todas las provincias. Se reúnen y hablan de las políticas que debe hacer el Estado en aquello en que tienen competencias, y luego se lo comunican al Estado. En Alemania se hace en el Senado, y aquí no hay un instrumento para hacerlo. Es el Estado el que convoca, preside y marca el orden del día.

P. ¿Usted es de los que todavía piensan que habrá estatuto antes del verano?

R. El Parlamento catalán tendrá el estatuto aprobado de cara al verano o pendiente de aprobación durante el verano.

P. Almuerzo entre el ministro Bono y Carod, reuniones entre las cúpulas de ambos partidos... ¿Vive Esquerra una luna de miel con el Gobierno central?

R. Puede ser una luna de miel o que sea tan difícil entendernos que tengamos que vernos muchas veces. De la composición del Gobierno catalán, de las elecciones en Euskadi y del resultado -previsible- de las gallegas hay una emergencia de fuerzas progresistas y de izquierda que tienen una concepción del Estado diferente a la actual. El propio PSE ha obtenido los mejores resultados cuando ha planteado elementos que no son coincidentes con la actual estructura y modelo del Estado. En cambio, cuando se mostró inmóvil los tuvo peores. En estos momentos están avanzando lo que podríamos denominar izquierdas nacionales, no centralistas. Ello hace que el PSOE tenga que escoger entre estas izquierdas o unas derechas que tampoco están de acuerdo con su modelo de Estado. Por tanto, no entendería que el PSOE escogiese a la derecha.

P. Zapatero se comprometió a dar luz verde al estatuto que apruebe el Parlament...

R. Y no lo ha negado nunca. No tengo ningún indicio de que no la vaya a cumplir.

P. ¿Qué pesará más en el Gobierno socialista, el respeto a la promesa de Zapatero o los votos de ERC que necesita para gobernar?

R. Quiero creer que hay un primer aspecto de dignidad personal y que cumplirá su promesa. Estoy convencido de ello.

P. La necesidad de conseguir el estatuto ¿le ha puesto sordina al supuesto pago de comisiones del 3% durante el Gobierno de CiU, como ha insinuado el PP?

R. El PP no puede levantar la bandera de la transparencia y menos utilizarla como un arma de ataque. El PP lo hizo como respuesta a una moción de censura mal planteada. Pero no fue correcto poner sobre la mesa al mismo tiempo los hechos del Carmel y el 3%, porque son cosas diferentes. El Carmel necesitaba unas soluciones que se están dando. Respecto al 3%, trabaja la fiscalía.

P. Recientemente, Felipe González y Jordi Pujol han coincidido en señalar que la nueva Cataluña no funciona precisamente bien.

R. Ser ex es muy difícil. Es algo que les ocurre a las parejas que se rompen. Y ser ex de un alto cargo es dificilísimo, y más si se continúa teniendo vocación de intervención en la cosa pública. En un mundo tan cambiante no puede ser que cambie todo excepto las reglas que permiten que todo exista. Algo fracasa si cambia todo menos las reglas.

P. ¿ERC quiere ir repitiendo el Gobierno de izquierdas o se ve gobernando con CiU?

R. ERC cumple los acuerdos que hace y tiene la voluntad de agotar la legislatura. Más allá de esto, ERC estará con los Gobiernos con los que adopte un acuerdo programático. Las previsiones de futuro siempre son erróneas. Pero se está en un Gobierno en el que hay más convergencias que divergencias y te sientes más cómodo. Y algunas de las actuaciones de CiU no son favorables a la construcción de esta comodidad.

Josep Bargalló, en el Palau de la Generalitat, sede del Gobierno catalán.
Josep Bargalló, en el Palau de la Generalitat, sede del Gobierno catalán.MARCEL.LÍ SÁENZ

El 'casteller' sin corbata

A SUS 46 AÑOS, Josep Bargalló conserva el aire rebelde que durante la transición política le llevó a militar en el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), y posteriormente, en el Partit Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN). Desde 1985 está afiliado a Esquerra Republicana de Catalunya. ERC es ahora un partido de Gobierno, pero Bargalló se resiste a las convenciones del poder: es el único consejero del Ejecutivo catalán que no utiliza corbata, ni siquiera ante el rey Juan Carlos.

Y es que los cánones nunca han cuadrado con este republicano nacido en Torredembarra (Tarragona), con vena de guionista cinematográfico y radiofónico. De su eclecticismo da cuenta su colaboración en los diálogos del filme de Bigas Luna La teta y la luna y el hecho de haber redactado el guión de Els pastorets, en la versión tradicional que anualmente y durante las fiestas navideñas se representa en Tarragona.

La tradición asoma, pues, en la trayectoria de Bargalló, a pesar de su imagen de persona escasamente convencional. Es speaker del concurso de castellers, las torres humanas que compiten cada dos años en Tarragona. Él mismo es integrante del grupo Nens de la Torre. Algunos de sus biógrafos apuntan que colaboró de forma esporádica en los guiones de Andreu Buenafuente cuando éste comenzó a trabajar en Radio Reus, de la Cadena SER. Otros sostienen que simplemente se limitó a aportar su experiencia como escritor y catedrático de Filología Catalana en la citada emisora. Seguramente sus detractores preferirán retener su imagen laicista confesa y recordarle en otra de sus facetas: la de integrante de los Diables de la Torre, grupo que anima con pirotecnia abundante las fiestas mayores de las poblaciones catalanas.

Es autor de numerosos libros de cultura popular catalana -uno de ellos, sobre la tradición de las polémicas fiestas con toros en las comarcas de Tarragona- . También ha dedicado buena parte de su producción escrita a la retórica literaria, quizá intuyendo las dotes persuasivas que precisará el Gobierno tripartito catalán para convencer a CiU de que apoye el Estatuto catalán y para hacer otro tanto para que el texto sea aceptado sin recortes por unas Cortes en las que el PSOE tiene mayoría.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_