Juan Bonilla regresa al relato corto en 'El estadio de mármol', su nuevo libro

Después de la novela Los príncipes nubios, que ganó el Premio Biblioteca Breve 2003, Juan Bonilla (Jerez, 1966) vuelve a la narración breve con El estadio de mármol (Seix Barral). La última obra del autor de los relatos El que apaga la luz (1994), La compañía de los solitarios (1998) y La noche de Skylab (2000) reúne 10 cuentos habitados por personajes desorientados ante un entorno extraño.

Un hombre que se ve reflejado en un programa de radio de confesiones nocturnas (Hablar por hablar), un joven enamorado de su hermana (El dragón de arena), una mujer que inventa que su hijo sigue vivo (Encuentro en Berlín), un hombre que cae en coma tras intensas lecturas sobre el Holocausto nazi (Una montaña de zapatos) y un adolescente que descubre aterrorizado su homosexualidad en tiempos de Mussolini (El estadio de mármol, que da título al libro) son algunos de los personajes que transitan por la obra.

El escritor definió a sus personajes como seres desubicados, pero que comparten el sentimiento de querer salvarse. "La presencia de la enfermedad es un punto común, un componente más que aparece en varios cuentos", añadió. El también autor de Cansados de estar muertos (1998) defendió ayer, durante la presentación de su nueva obra en Madrid, que "publicar un libro de relatos es siempre una reivindicación del género".

Se trata del libro suyo con "más vida" y "más biografía", según dijo, y aclaró que son relatos que se desprendieron de algunas reflexiones y experiencias propias, aunque no se trate de una obra puramente autobiográfica. "La literatura es esencial en mi vida; por eso, las reflexiones sobre ella aparecen a menudo en los cuentos", explicó el autor de la novela Nadie conoce a nadie (1996).

Para el escritor José María Merino, que participó en la presentación del libro, "algunos relatos son verdaderas novelas cortas", como es el caso de El estadio de mármol, la última y más extensa narración de todo el libro. "A veces hay desdoblamientos y transferencias entre los relatos, y referencias metaliterarias. Aunque lo que prevalece es el desasosiego de los personajes que viven intensamente", indicó.