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Una exposición reúne a "las mujeres" de Antonio Saura

La Fundación Juan March de Madrid expone 117 obras del artista

Elsa Fernández-Santos

Saura. Damas. Bajo este título se exponen en Madrid (hasta el 19 de junio) 117 obras de Antonio Saura en torno a la mujer. Obras de técnica mixta (collage, óleo, mina de plomo o tinta china) de las que más de la mitad eran hasta hoy inéditas. Inaugurada el viernes por Marina Saura, hija del pintor, y Mercedes Baldarraín, su viuda, la exposición recorre 48 años (de 1947 a 1997) intentando descifrar la profundidad del cuerpo femenino.

"En sus cuadros de mujeres", señala Marina Saura, "hay elogio y crítica, hay amor y odio". "A mi padre", añade, "no le interasaba cualquier belleza femenina, para él sólo lo profundamente intenso era bello". Una de las obsesiones de Antonio Saura fue la actriz Brigitte Bardot, una obsesión que puede conocerse en la exposición de Madrid. Saura incluso intentó que la Bardot posara para él, pero no lo logró. "Él detestaba la mitificación de las estrellas, pero Bardot le parecía un modelo de belleza totalmente nuevo. Él solía decir que no lo lamentaba, que en el fondo quizá era mejor así".

53 obras de la exposición ya se exhibieron en 2002-2003 en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca y en el Museu d'Art Español Contemporani de Palma, ambos de la Fundación Juan March.

La muestra ofrece una imagen de la mujer a través de diferentes series. Rostros, pechos, decenas de mujeres desnudas ("la única manera de poseer centenares de mujeres a un tiempo, aunque sea mediante la imaginación, es el collage", escribió Saura), mujeres atormentadas, retorcidas, nunca complacientes.

Ésta es la tercera ocasión en que las salas de la Fundación Juan March de Madrid acogen una monográfica dedicada a un pintor español, después de las dedicadas a Picasso y a Zobel, según recordó el pasado viernes Javier Gomá, director de la Fundación March.

Gomá comentó que la vocación de la Fundación es hacer exposiciones basadas en una idea, un concepto. "No se trata de hacer una buena retrospectiva de Antonio Saura, sino de indagar en su producción, en un tema significativo en su actividad creativa".

Así, en la exposición Saura. Damas se descifra la evolución del artista ante un mismo objeto. "Es curioso", recuerda Marina Saura, "entre los papeles de mi padre encontramos listas enormes de nombres de mujeres, nombres mitológicos, extranjeros, de todos.... Estoy segura de que tenía la intención de pintar más y más damas, aunque estoy segura también de que no reflejan a ninguna persona conocida. Detrás de tanta insistencia en un mismo tema lo que hay es un desafío formal, analizar el espacio a través de un cuerpo femenino".

Respecto a la Fundación Saura, Marina Saura -arropada por

Mercedes Baldarraín y el albacea de la herencia del pintor, Olivier Weber-Caflish- advirtió que todavía no se han cerrado los conflictos legales e insistió en las diferencias entre lo que se llama Sucesión Saura y "una pseudo-fundación, con la que se mantienen conflictos judiciales que están paralizados desde hace siete años. La pseudofundación está mantenida artificialmente con dinero público y es ilegal ya que no responde a ninguno de los requisitos que la legalidad exige a una fundación privada. El daño que ha hecho y sigue haciendo al nombre de mi padre es irreparable".

<i>La quinta del sordo 2, de 1980</i> de la exposición <i>Saura. Damas.</i>
La quinta del sordo 2, de 1980 de la exposición Saura. Damas.
<i> Brigitte Bardot, de 1988</i> de la exposición <i>Saura. Damas.</i>
Brigitte Bardot, de 1988 de la exposición Saura. Damas.
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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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