Gallardón se compromete a congelar los impuestos en 2006 y 2007, pero excluye las tasas

Los principales impuestos municipales -el que grava la posesión de un inmueble ( IBI), el de vehículos, el de la plusvalía (por la compraventa de solares o casas) y el de obras y construcciones- van a quedar congelados en lo que resta de mandato de Alberto Ruiz-Gallardón en el Ayuntamiento, hasta 2007. El alcalde adoptó ayer este compromiso -para justificar su preferencia por el recurso a la deuda-, aunque excluyó de él las tasas (parquímetros, grúa, instalaciones deportivas), que probablemente volverán a subir. Los grupos de oposición (PSOE e IU) aseguran que Ruiz-Gallardón no tiene ninguna credibilidad para prometer eso después de haber subido impuestos y tasas en sus dos primeros años de gobierno.

"No tenemos intención de hacer ningún tipo de modificación de los impuestos, entendiendo por tales el IBI, el de vehículos... Los que constituyen la cesta fundamental de impuestos. Sí puede que haya algún tipo de operación concreta, que será más conceptual que cualitativa y que no afectará al 99% de la contribución que hacen los ciudadanos para soportar las cargas del Ayuntamiento", afirmó el alcalde. Con las "operaciones concretas" que quedan excluidas del compromiso se refería, según admitió luego él mismo, a las tasas. Éstas no suponen el 1% de la cesta de impuestos, sino exactamente el 28% de los tributos y el 12% del total de ingresos municipales.

El IBI -que en Madrid tiene uno de los tipos más bajos de España-, el impuesto de vehículos y el de la plusvalía suponen más de la mitad de toda la recaudación por impuestos en la capital. Ésos sólo subirán en 2006 y 2007 lo que suba el índice de precios al consumo (IPC).

El alcalde adoptó este compromiso después de la reunión semanal de su gobierno, que ayer autorizó a la empresa pública Madrid Calle 30 a endeudarse en 2.500 millones de euros y poder pagar así las obras de reforma de la M-30. Ese préstamo, que el Ayuntamiento tendrá que devolver después a plazos durante 30 años, elevará la deuda del municipio hasta los 4.600 millones de euros.

Madrid es ya la ciudad con más deuda pública de España en términos absolutos -aunque en términos de deuda por habitante está por detrás de Valencia, Barcelona y Zaragoza-, según el último informe elaborado por el Banco de España.

Déficit de financiación

Cuando los periodistas pidieron a Ruiz-Gallardón su opinión sobre ese informe, el primer edil dijo lo mismo que había dicho dos días antes su concejal de Hacienda, Juan Bravo: que para acometer "la ambiciosa transformación" que pretende para Madrid es necesario solventar de alguna manera el serio "déficit de financiación" que sufre la capital, "como todas las corporaciones municipales". "Y hay dos formas de hacerlo: o subimos los impuestos o recurrimos a la deuda, teniendo en cuenta, además, que el Ayuntamiento de Madrid es perfectamente solvente para afrontar ese nivel de endeudamiento, mucho más que otras ciudades españolas", expuso.

Según Ruiz-Gallardón, ante ese dilema, el gobierno que preside pensó (no concretó cuándo) "que no tenía sentido aumentar los impuestos" y decidió "no aumentar la presión fiscal en esta legislatura". Sí admitió que los primeros presupuestos de su mandato, los de 2004, establecieron "ajustes en el IBI": eliminaron los descuentos que aplicaba el anterior alcalde, José María Álvarez del Manzano, sobre la revisión catastral y por eso el recibo subió de golpe (una media del 17% o 35 euros anuales más por contribuyente).

En realidad, el gobierno municipal no sólo provocó la subida del recibo del IBI al eliminar los descuentos -que, de todas formas, según Hacienda, tenían que eliminarse ya este año por ley-, sino que también elevó el impuesto de vehículos entre un 4% y un 16% (lo convirtió en progresivo) y más de un 20% algunas tasas municipales. En los presupuestos de este año los principales tributos ya han sido congelados -aunque se ha creado un tipo especial del IBI, un 60% más alto, para grandes superficies comerciales, deportivas o de oficinas, no para viviendas-; por contra, las tarifas de parquímetros han crecido (según los tramos) hasta un máximo del 56%, y la grúa ha duplicado su precio.

Los grupos de oposición respondieron rápidamente al anuncio de Ruiz-Gallardón mostrando su completa desconfianza. La portavoz de IU, Inés Sabanés, dijo que el alcalde tiene una credibilidad "nula" para hablar de congelación de impuestos. "Los madrileños saben mejor que nadie que su recibo del IBI ha subido, que van a los polideportivos y les cuesta mucho más que antes, que los parquímetros más de lo mismo, y que esta política del regidor, por mucho que trate de enmascararla, ha sido su principal baza desde que llegó a la alcaldía", señaló. La socialista Isabel Vilallonga opinó que el volumen de deuda de la capital es "inadmisible" y auguró que "será imposible mantener este nivel de endeudamiento sin proceder a próximas subidas de impuestos".