Por unos parques sin tanto césped

Espartinas es un punto verde en el mapa. El pueblo sevillano organiza desde hace cuatro años Floraurbana una feria nacional de jardinería urbana, paisajismo y ciudades verdes. La edición de 2005 empezó ayer y durará hasta el domingo 24. El recinto reúne 120 expositores que muestran materiales relacionado con el cuidado de la flora, además de especies vegetales que pueden usarse en la recuperación de espacios verdes en las ciudades.

El concepto de parque como zonas de asueto sin más intención, ha cambiado. Desde hace décadas crece la concienciación acerca de la importante función que cumplen estas áreas. La temática de las jornadas que acompañan a la feria de este año tratan de los sistemas verdes metropolitanos, y de cómo pueden integrarse parques y jardines en las áreas ya edificadas y de expansión urbana.

Jacinto Ortega, jefe del Servicio Forestal de la Diputación de Sevilla, explica en el espacio reservado a los viveros de la Diputación hispalense, los trabajos que allí se desarrollan. "Nuestra labor comenzó en la década de los 40, por aquel entonces dedicados a la reforestación de los montes de la provincia. Posteriormente se centró en dotar a los municipios de la provincia de especies vegetales para poblar las zonas verdes y colaborar en el embellecimiento de las ciudades".

Raquel Villalba, estudiante 5º de Biología en la Universidad de Sevilla, asistió ayer a las primeras conferencias de las jornadas, que versaron sobre el sistema verde metropolitano de Sevilla, la ecología de la capital, los criterios para la preservación de sus zonas verdes y el análisis de su paisaje. "Creo que existe un desconocimiento muy grande acerca del impacto que puede ocasionar la urbanización en el medio ambiente y su biología". A su lado, dos compañeras de clase, Teresa Santos y Ángeles Ruiz, están de acuerdo, aunque la segunda opina que cada vez se toman más medidas para paliar ese impacto. "Por ejemplo, se empieza a asumir que el uso de flora autóctona tiene muchas ventajas en el marco de las ciudades", explica Ángeles. "Además de ser más resistentes a las sequías y necesitar menos agua, tienen, en algunos casos, más capacidad de absorber los gases contaminantes de los automóviles y las industrias de las ciudades", continúa la estudiante.

Jacinto Ortega añade que también los ciudadanos tienen más sensibilidad con respecto a los parques. Los tiempos han cambiado desde que se creó el Parque de María Luisa, un espacio poblado por ejemplares "exóticos" de Asia, África, o América. "Hoy los ciudadanos se muestran más críticos. Un ejemplo de parque moderno es el de El Alamillo, en Sevilla, donde se ha plasmado una fotografía de Sierra Morena en un ambiente urbano", explica Ortega rodeado de las plantas de su expositor; las que el vivero de la Diputación cultiva para dotar a la provincia sevillana. Son algarrobos; acebuches; fresnos comunes; romeros o lavandas, entre otras especies, "la mayoría de ellas son de aquí", recalca. "Y es que los parques no tienen porqué tener tanto césped".