Desencanto en las comunidades cristianas de Brasil
En Brasil, un país fundamentalmente cristiano y ecléctico, donde conviven en paz todos los credos religiosos y donde no se concibe el ateísmo -todos, desde los mayores intelectuales a los más pobres de las favelas, tienen creencias espirituales-, las 100.000 comunidades cristianas de base han recibido con sorpresa y decepción que el sucesor de Juan Pablo II haya sido el vigilante de la ortodoxia. Estas comunidades, inspiradas en la teología de la liberación, trabajan con el mundo más pobre, del hambre y la marginación. Y se han sentido decepcionadas ante la elección de Joseph Ratzinger, quien, como presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, condenó a los mejores teólogos de la liberación. A estos grupos les preocupa, además, que el cónclave no haya elegido ni a un pastor ni a un representante del Tercer Mundo, donde se juega el futuro del cristianismo.
En los sectores más progresistas, la elección de Benedicto XVI ha sido recibida con duras críticas, mientras que la Conferencia Episcopal de Brasil, por boca de su secretario general, Odilio Scherer, ha alertado de que no se debe juzgar al nuevo Papa con clichés y que hay que esperar a conocerlo no por su pasado, sino por su presente. Sin embargo, ha sido emblemático el silencio de una de las figuras más simbólicas de la Iglesia de los pobres de Brasil, el cardenal Paulo Evaristo Arns, figura eminente del Concilio Vaticano II, que se negó ayer a comentar la elección de Ratzinger como nuevo obispo de Roma.
Rezar por la conversión
Para el presidente de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), Tomás Balduino, la elección de Benedicto XVI supone "una rigidez ortodoxa" del catolicismo y un indicio de que la ya criticada centralización del Vaticano "se va a recrudecer". El asesor de las comunidades cristianas de base, Benedicto Ferraro, afirmó: "Vamos a rezar para que el nuevo Papa se convierta". Y añadió: "Ciertamente, para nosotros, la decisión de los cardenales no ha sido una buena noticia". Y confirmó que las 100.000 comunidades de base seguirán "leyendo la Palabra de Dios en el contexto de la lucha por los más pobres".
Frei Betto, el escritor dominico que el año pasado fue asesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y una de las personalidades de mayor relieve de la Iglesia progresista de Brasil, no ha tenido pelos en la lengua: "Espero que el papa Benedicto XVI", afirmó ayer, "se deje atrás al cardenal Ratzinger". Y añadió: "Es preocupante ver hoy al frente de la Iglesia católica a un hombre que presidió el ex Santo Oficio y que encara con desconfianza el mundo en que vivimos. Ratzinger siempre vivió atemorizado por los fantasmas de Nietzsche. Ojalá ahora refleje la alegría osada de Jesús de Nazaret".
Leonardo Boff, uno de los teólogos de la liberación condenados al silencio por Ratzinger, declaró al diario O Globo que "no va a ser fácil convivir con este Papa", porque Ratzinger, en el pasado, "se mostró siempre sin cordialidad y sin misericordia", añadió.
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