El futuro, después de la sentencia
La Miguel Hernández de Elche busca consolidarse tras la decisión del Tribunal Constitucional
La creación de la Universidad Miguel Hernández de Elche generó una gran controversia y polémica. La decisión de Eduardo Zaplana, entonces presidente de la Generalitat, de arrebatar centros y facultades por la fuerza para dotar de contenido a la nueva institución provocó un gran rechazo de la comunidad académica y de los partidos en la oposición. Ahora, una vez hecha pública la sentencia del Constitucional, se cierra un largo capítulo de relaciones tensas entre las dos universidades de la provincia de Alicante, y culmina, en parte, el debate sobre la autonomía universitaria y el poder político.
Los rectores de Elche y Alicante coinciden en que se debe pasar página y afrontar con ilusión y dignidad su futuro. La sentencia del Tribunal Constitucional que desestima el recurso presentado por 119 diputados socialistas en contra de la segregación forzosa de la Facultad de Medicina, la diplomatura de Estadística y el Instituto de Neurociencias, pasa página y abre nuevas expectivas. Tras la vorágine de los primeros días tras conocerse la sentencia, la universidad emprende ahora un largo camino cuyo trazado está diseñado para convertirla en una universidad de referencia, para ello ultiman un Plan Estratégico.
El rector fía en un plan estratégico el desarrollo en los próximos años de la universidad
La Miguel Hernández cuenta en la actualidad con 891 profesores y 10.200 alumnos oficiales, a los que se les suman los estudiantes de postgrado, o los alumnos del Aula de la Experiencia, entre otros. El horizonte se ha fijado en 15.000 estudiantes. Según afirma el rector, Jesús Rodríguez Marín, "el modelo de universidad que propone la convergencia europea contempla que tengan entre 13.000 y 15.000 estudiantes, y ahí nos dirigimos nosotros".
El rector, sin embargo, reconoce que tal y como hoy en día está planteado en España el modelo de financiación, que utiliza cómo principal baremo el número de alumnos, "provoca que la tendencia sea el ir a conseguir más, la universidad pública debería financiarse con otro tipo de parámetros". El presupuesto ordinario de la Miguel Hernández para este año es de 65.161.383 euros; mientras que para investigación el Consell aprobó recientemente otra dotación de 1.701.311 euros para la Miguel Hernández dentro del Programa de Investigación y Trasferencia Tecnológica, que otorga presupuesto a todas las universidades públicas valencianas.
La universidad se define con un perfil muy concreto y diferenciado. El rector afirma que la vocación de la Miguel Hernández es la de "una universidad emprendedora e investigadora". En este sentido, Rodríguez Marín expone que su idea "es una empresa en el sentido más amplio de la palabra, que tiene un objetivo que es el producir servicios a la sociedad. Uno de estos servicios es proporcionar recursos humanos a las empresas, responder a las necesidades de la empresa y la sociedad". El rector señala que hay que "enseñar y que los alumnos aprendan". Además señala que la universidad debe ser también "emprendedora de nuevos horizontes, debe de implicarse en la creación de riqueza, en el desarrollo tecnológico". En cuanto a la faceta investigadora el rector sitúa tanto la investigación en las ciencias básicas como en la aplicación y el desarrollo tecnológico al mismo nivel.
La Miguel Hernández cuenta con cuatro potentes institutos de investigación, el Instituto de Neurociencias, el de Investigación de Drogodependencias, el de Bioingeniería y el de Biología Molecular y Celular. La universidad se asienta sobre cuatro campus situados en otras tantas ciudades distintas, Elche, Altea, San Juan y Orihuela.
En total se imparten 31 titulaciones oficiales a las que en octubre se sumarán dos más, la licenciatura de Periodismo y la de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. En este sentido se está trabajando para tener a punto las instalaciones deportivas necesarias, tanto para los estudiantes en general como para esta titulación en concreto. En un par de semanas estarán acabadas tres pistas deportivas en el campus de Elche y el próximo verano se podrá estrenar la piscina olímpica.
La Universidad Miguel Hernández mantiene unas excelentes relaciones con la ciudad. Su implicación en la vida cultural y social, tanto como institución como desde el punto de vista individual, el profesorado, el equipo rectoral o los estudiantes es calificada por el alcalde de Elche, Diego Macià como "muy satisfactoria". También en la actividad empresarial, y ello, sobre todo, por la vocación práctica de la institución docente. Macià destaca, además de las prácticas de los alumnos en empresas, que "esa sintonía entre ambas instituciones ha permitido poner en marcha el Parque Científico Empresarial, o conseguir la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que se consideró de valor estratégico para Elche".
El alcalde asegura que "desde el principio sabíamos que la universidad iba a suponer un cambio para la ciudad en lo formativo, pero también en lo cultural, lo social y lo urbanístico. Lo está demostrando. Creo que se está acertando en el modelo urbanístico del campus y en ello ha habido un importante trabajo del equipo rectoral que ha tenido que desarrollarlo con rapidez pero también con seriedad".
Precisamente la cuestión urbanística es la que genera un conflicto, aunque en este caso entre el Ayuntamiento y el gGbierno de la Generalitat. Las arcas municipales llevan gastados 18 millones de euros en la adquisición de terrenos para la universidad. Existe una reserva de suelo en el Plan General de Ordenación Urbana de dos millones de metros cuadrados, de los que la universidad dispone ya de 660.000 en pleno casco urbano. Macià apunta que, en el resto de universidades públicas valencianas, es la Generalitat la que realiza este gasto. El PSPV ha presentado durante varios años una enmienda a los presupuestos para que el Consell asuma la compra de terrenos. De momento no lo han conseguido.
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