El rechazo francés causaría la peor crisis de la UE

Un no de los electores franceses en el referéndum del 29 de mayo sobre la Constitución Europea provocaría la peor crisis política y económica en la historia de la Unión, según coinciden en asegurar los dirigentes de las tres instituciones del club: Parlamento, Consejo y Comisión. Sin embargo, y pese a la gravedad de la situación que se crearía, ni esas instituciones ni la actual presidencia de la Unión, Luxemburgo, prevé elaborar ningún plan B ante la hipótesis de que ese no sea mayoritario, como indican ahora las encuestas francesas.

Entre las consecuencias de ese no se mencionan las siguientes: la Constitución quedaría muerta, sin opción a repetir la consulta, como se hizo en Irlanda con el Tratado de Niza; el texto es producto fundamentalmente del eje franco-alemán, que quedaría invalidado para pilotar la crisis; no se podrían aplicar las reformas básicas de la Carta (ministro europeo de Exteriores, nuevo reparto de poder...); las negociaciones de adhesión con Turquía, y quizás con Croacia, se aplazarían sine die; el euro quedaría gravemente dañado ante la falta de credibilidad de la UE; el proceso de ratificación de la Constitución quedaría bloqueado...

'Directiva Bolkestein'

"No trabajamos con esas hipótesis", se limitan a responder asesores del presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso. Lo mismo aseguran en el Consejo de la Unión, pero la posibilidad del no provoca escalofríos en ambos lados y la UE está actuando bajo esa presión. El caso más obvio ha sido la tramitación de la polémica directiva de servicios, también denominada directiva Bolkestein por llamarse así el ex comisario holandés (Frits Bolkestein) que la puso en marcha.

La norma, que prevé la liberalización casi total en el sector de los servicios, ha levantado tremendas críticas en Francia por temor al dumping social. En la cumbre europea del mes pasado, el presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que París no aceptaba la directiva. Ahora, la ponente parlamentaria al respecto, la eurodiputada socialista alemana Evelyne Gebhardt, recomienda eliminar de la norma su parte más polémica: el principio de país de origen, según el cual una empresa de un país de la UE podría prestar un servicio en cualquier otro Estado sometida sólo a la legislación de la nación de origen. En la misma cumbre, y por imposición de Francia, junto con Alemania, los líderes de la UE aprobaron la reforma del Pacto de Estabilidad que París y Berlín incumplen desde hace tres años. Además, hasta ese 29 de mayo, día de la consulta francesa, los 25 países de la UE tampoco abordarán en profundidad las negociaciones de las próximas Perspectivas Financieras de la Unión para el periodo 2007-2013 "para no interferir" en la campaña francesa.