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Durão Barroso se compromete con la pluralidad lingüística

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, se ha comprometido personalmente a respetar y ampliar el abanico de lenguas con las que el Ejecutivo comunitario se comunica con los ciudadanos. En su respuesta a una carta del eurodiputado Carlos Carnero, Barroso dice también que esa deferencia debe tener en cuenta "totalmente la necesidad real de las lenguas" y recuerda que las instituciones tienen la potestad de dotarse del régimen lingüístico que consideren necesario. Carnero calificó de "positiva, clara y al máximo nivel" la respuesta, pero también señaló que "hay que mantener la guardia alta".

El parlamentario escribió al presidente pidiéndole explicaciones sobre la política lingüística de la Comisión después de que la lengua española fuera eliminada de las que se usan de forma regular en la sala de prensa del Ejecutivo comunitario con el argumento de reducir gastos. Barroso responde ahora y asegura que la Comisión está comprometida con la diversidad cultural y lingüística de la Unión y que da prioridad "al refuerzo de la capacidad de sus servicios lingüísticos para cubrir las crecientes necesidades de interpretación y traducción". Recuerda el presidente que ya se facilita "la interpretación hacia todas las lenguas oficiales", con leves salvedades debidas a los recursos escasos, y mantiene que "el abanico debería ampliarse conforme se vaya disponiendo de más recursos".

En la respuesta se subraya cómo "las instituciones podrán determinar las modalidades de aplicación de este régimen lingüístico en sus reglamentos internos" y se hace notar el compromiso "de afrontar juntos las realidades de una Unión a 25 países, respetando totalmente la necesidad real de las lenguas" para comunicar las decisiones de la Comisión a los ciudadanos.

"Bajar la guardia"

Carnero valoraba la respuesta, en particular por conllevar el compromiso personal del presidente Barroso con la pluralidad lingüística. La ambigüedad que se podía encontrar en las palabras sobre "la necesidad real de las lenguas" llevaba al eurodiputado a subrayar que "no hay que bajar la guardia". Ponía un ejemplo personal. Hace tres meses, la reunión de una delegación de la Eurocámara con países de Oriente Próximo sólo contó con interpretación a francés, inglés y alemán. Tras la protesta de Carnicero, la reunión de seguimiento de ayer contó con interpretación a nueve lenguas, incluido el español, "las lenguas de todos los diputados europeos que son miembros de la delegación".

Para mantener la presión y no bajar la guardia, un grupo de ciudadanos ha elaborado un llamamiento en defensa del uso del español en las instituciones europeas e internacionales. El documento puede consultarse en http://home.tiscali.be/llamamiento/texto.htm

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