Un centro de seguridad vigila las 18 obras en marcha del Ayuntamiento en la capital
El control cubre 1.000 edificios y tiene un presupuesto de ocho millones de euros hasta 2007
Las 18 obras del Ayuntamiento que están en marcha en la capital disponen de un sistema de seguridad que coordina las diferentes direcciones de obra desde el Centro de Seguridad y Control de Obras e Infraestructuras (SECOIM), que ayer presentó el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Este dispositivo de vigilancia permite prevenir incidentes, difundir la información por vía telemática y activar los protocolos de actuación si hay riesgos. El centro supone una inversión de ocho millones de euros hasta 2007, y entre sus actividades está vigilar más de 1.000 edificios de la capital.
El objetivo del centro es, según el director general de Infraestructuras, Manuel Arnaiz, "minimizar los riesgos durante las obras y garantizar la máxima seguridad, al entorno, y también a los trabajadores. Para ello trabajan en sus actividades unas 800 personas, coordinadas por los responsables de la Dirección de Obras del Ayuntamiento, así como por un equipo de 15 profesionales, entre ingenieros de caminos, de obras públicas y geólogos.
El SECOIM define los aparatos que debe instalar cada obra y, luego, es el encargado de supervisarlos, según explicó Arnaiz. Es decir, inicia y vigila el denominado "plan de auscultación".
Cada obra recoge con esos instrumentos los datos relativos a la seguridad, a través de diferentes sistemas de vigilancia, y los envía a su oficina central respectiva. El Ayuntamiento ha instalado unas 10.000 regletas -que miden los movimientos verticales- en edificios, puentes y otras estructuras; 8.000 puntos de nivelación de calles; 430 inclinómetros (que miden los movimientos horizontales) y unos 700 extensómetros, entre otros medios de control.
Sistema informático propio
Toda la información que recojan estas herramientas será transmitida al centro, que la incluirá en sistema informático específico y sacará consecuencias sobre las actuaciones de seguridad que deban llevarse a cabo y, luego, la transmitirá a la dirección de obra. Del resultado de ese análisis serán activados protocolos de actuación.
El sistema informático registra cada día los avances de las tuneladoras y analiza los datos de rendimiento, producción, instrumentación y control de calidad de cada obra. "Sin este sistema, cada día se nos amontonarían miles de papeles y sería inmanejable", explicó ayer al alcalde el coordinador general de Infraestructuras, Manuel Melis.
La vigilancia presta atención a la seguridad de los edificios que están cerca de las obras. Por eso, el SECOIM controla 1.022 edificios, inspeccionados previamente para conocer sus estado de conservación, así como la situación de sus estructuras y cimentaciones, según Urbanismo.
Con ese examen previo es más fácil determinar si ese edificio va a necesitar un control más intenso cuando comiencen los trabajos, o requerir alguna protección para evitar daños posteriores. "Luego, las empresas que manejan los instrumentos comunican las incidencias al centro de control", explicó el alcalde.
La seguridad contempla también el trabajo de los empleados en las obras, pues hay un coordinador de seguridad en cada una de ellas.
Otra de las funciones del SECOIM es vigilar la contaminación acústica y ambiental y zonas donde pueda existir contaminación del suelo. Para ello, ha sido creada una red de puntos de control que realizan las mediciones necesarias. Eso conlleva analizar ruidos y vibraciones, calidad de las aguas y del aire, estado de las zonas verdes y control de los vertidos, entre otras actuaciones.
De las obras que controla el Ayuntamiento, hay dos puntos que afectan al patrimonio histórico, pues en el soterramiento de la M-30 por el río Manzanares tendrán incidencia sobre los puentes de Toledo y Segovia. "La Dirección General del Patrimonio nos ha autorizado para actuar y harán un seguimiento, con informes periódicos", expuso Manuel Arnaiz, quien aseguró que el sistema de vigilancia permite "manejar una información muy extensa de forma muy fácil".
Por otro lado, les permite activar protocolos de actuación, pues incluye un código de colores (con una graduación de verde, amarillo y rojo) que indica el nivel de sensibilidad de las obras. Según el color, la incidencia llega a un nivel más alto de decisión.
Protocolo unificado
La portavoz de IU en el Ayuntamiento, Inés Sabanés, aseguró ayer que el sistema debería tener un carácter de "protocolo unificado con otras obras que están llevándose a cabo en Madrid, aunque dependan de otras administraciones". "A los vecinos les daría más tranquilidad que hubiera un esfuerzo común [entre la Comunidad, el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento, las administraciones con obras en Madrid]", dijo.
Sabanés agregó que faltan garantías más explícitas de la actuación. "Doy por hecho que tienen desplegar protocolos de garantías de responsabilidad a cada uno de los vecinos que puedan verse afectados", afirmó.
Por su parte, el concejal socialista Félix Arias subrayó que lo que debería hacer el Ayuntamiento es buscar alternativas de obras menos molestas para los vecinos.
Y agregó que los informes previos sobre el estado de las viviendas los hacen las propias empresas que ejecutan las obras, sin que los ciudadanos afectados tengan derecho a solicitar una segunda opinión por parte de técnicos que no sean parte en esos trabajos.
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