Sesión vendedora

La reacción de los mercados de valores en esta sesión de apertura semanal ha sorprendido a los observadores, al romper la dinámica de las jornadas anteriores.

El descenso del precio del petróleo no ha servido de aliciente a unos inversores que, de repente, parecen más preocupados por la situación económica que por los vaivenes diarios que hasta ahora han mantenido engrasada la maquinaria de las bolsas.

En la Bolsa española hubo un fuerte movimiento de inercia con la tendencia dominante desde primeras horas de la mañana y que estaba influida por la caída de la Bolsa de Tokio. Los inversores jugaron a la defensiva y el papel fue el que marcó la pauta de la mayoría de las operaciones.

El Ibex 35 terminó cediendo el 0,54%, pero mantiene el nivel de los 9.300 puntos, mientras que el índice general de la Bolsa de Madrid perdía el 0,47%, para quedar en 1.003,90.

Para algunos observadores este comportamiento del mercado venía prefijado de antemano al esperar la mayoría de los inversores fuertes caídas desde el nivel superior de una banda de fluctuación que podría ir desde los 9.400 puntos hasta los 9.200, que son los niveles en los que se ha movido el Ibex 35 en los últimos días.

La contratación en el mercado continuo estuvo apoyada en las operaciones institucionales, que sumaron casi 2.900 millones de euros, y con especial incidencia en los principales valores del Ibex 35, lo que hizo pensar a muchos inversores particulares en el posible desmantelamiento de algunas carteras importantes. El total contratado en el mercado fue de 4.860,58 millones de euros, con sólo 1.979,54 millones en operaciones "abiertas".

Los descensos del resto de los mercados europeos fueron más moderados, con pequeños recortes que apenas superaron el 0,2%. París bajaba el 0,16%; Francfort, el 0,10%, y Londres, el 0,21%, mientras que la Bolsa de Nueva York, que abrió bajo la influencia de las noticias negativas que llegaban del sector del automóvil, conseguía recuperarse a media sesión para ceder tan sólo el 0,04%.