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Entrevista:DAVID ZHOU | Restaurador

"Hacen falta puentes entre chinos y españoles"

Miquel Alberola

Pregunta. Ha sido el primer sumiller chino en España. ¿Qué le animó?

Respuesta. Me gusta mucho la cultura del vino, aunque en China no se sabe tanto de vino. Pero tengo amigos aquí que me aconsejan. El vino chino no tiene de momento la calidad de los vinos de España, no está desarrollado y no tiene mercado.

P. ¿Qué le llevó a la gastronomía?

R. Tenía antecedentes en la familia. Mi abuelo era cocinero de pueblo en China. Y luego, cuando emigré, estuve trabajando en cocinas de restaurantes europeos como el selecto Chez Chen en París. Ahí es donde empecé a saber qué era un sumiller.

P. ¿Por qué la mayoría de los chinos sabe cocinar?

R. En China la gastronomía es una cultura muy importante. Los chinos están más tiempo en la cocina que los europeos. Eso ha permitido desarrollar mucho la gastronomía, que es mucho más variada que la que se conoce en los restaurantes chinos de Europa. Aquí sólo hay cinco o seis formas de preparar los platos, pero en China hay doscientos tipos de hacerlo. Hay platos que cuestan dos días de hacer.

P. ¿Usted sigue esa cocina tradicional o crea nuevos platos?

R. Cuando la cocina china llegó a Europa era cocina popular y luego ha ido adaptándose al gusto del cliente europeo. Ahora también hay una cocina creativa muy interesante que está empezando. En el restaurante Zen hacemos un combinado de cocina china, japonesa y tailandesa, y en el Soong Dynasty hacemos cocina creativa.

P. ¿Conoce la cocina valenciana?

R. Sí, mi mujer hace paella y fideuà. Incluso estoy pensando en abrir algún restaurante de cocina valenciana en Shanghai.

P. ¿Es posible una cocina de fusión?

R. Sí, nosotros lo estamos probando. Por ejemplo, hacemos un rollito de morcilla.

P. ¿Cuál es el plato más sabroso que ofrece?

R. El pato Pekín, el rodaballo y el sushi. Es lo que probaron el príncipe Felipe y Doña Leticia cuando vinieron.

P. Sus restaurantes no tienes farolillos ni dragones en la decoración.

R. No, he querido que sean tan chinos como de aquí. Me gusta la sencillez y la creatividad.

P. ¿Por qué eligió Valencia para vivir?

R. Mi mujer es china, pero vive 25 años en Valencia. Vine a conocerla y me gustó el clima.

P. La mayoría de chinos que viven en España provienen, como usted, de Qingtian.

R. Es un pueblo con muchas montañas y poco terreno para cultivar. Hace un siglo que salieron a vender artículos hechos de piedra desde Rusia hasta España. Muchos fueron soldados de Francia en la Primera Guerra Mundial, incluso en la guerra de España. Ahora precisamente acaba de morir uno de aquellos quingtianeses guerreros con 105 años.

P. ¿Qué hay que comer para vivir tanto?

R. Comida china. Con la comida china se vive más. Es muy ligera.

P. China parece que se va a comer el mundo.

R. No, lo que ocurre es que está ofertando sus productos a todo el mundo. China tiene la mano de obra muy barata y los artículos que fabrica no son de mala calidad.

P. ¿Cómo vivió el asalto a almacenes chinos en Elche?

R. No es un problema de la economía, sino de cultura. No se ha producido bien el intercambio entre las comunidades. Los chinos se han metido a hacer sólo negocio y tienen que hacer también relaciones con la sociedad en la que viven. Hacen falta puentes entre chinos y españoles.

EN DOS TRAZOS

El carácter inquieto de Zhou Wei (David) le empujó a emigrar de Qingtian, China, donde había nacido en 1967. Tras trabajar en la hostelería de media Europa, viajó de Lisboa a Valencia para conocer a su mujer, Chen Weijie (Silvia), y decidió quedarse para trabajar duro e impulsar dos de los restaurantes que más han dignificado la cocina asiática en la ciudad, Zen y Soong Dynasty, y que han suscitado el interés hasta de la Casa Real. David escribe artículos en el periódico eurochino 'Ouhua', realiza pinturas negras y su objetivo es hacer feliz a los clientes y tender puentes entre la comunidad china y la española.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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