Industria y mucha energía

Euskadi ha sido tradicionalmente, y aún es hoy, una tierra fabril. El PIB industrial vasco se sitúa unos 10 puntos por encima de la media europea y representa, junto con la construcción, el 40,42% del total de la comunidad autónoma. La producción manufacturera aporta una décima parte del total industrial español y casi la décima parte de sus exportaciones.

Con esas cifras, el presupuesto del Departamento de Industria fue creciendo poco a poco en la recién cerrada legislatura (ver gráfico) hasta suponer el 4% del total. Dos consejeros han estado en este periodo al frente de la cartera. El actual presidente del PNV, Josu Jon Imaz, ocupó el cargo durante casi tres años hasta enero de 2004, cuando le sucedió la actual titular, Ana Aguirre. La política del departamento no ha experimentado variaciones de relieve con el cambio.

"Hay que concienciar a las empresas de la necesidad de crecer para competir"

Las líneas maestras de Industria han sido y son aún la política energética, con la apuesta por el autoabastecimiento, la innovación y el desarrollo y la internacionalización y la competitividad. Su mayor logro ha sido aprobar una Ley de Industria con la única oposición de Batasuna. La norma establece el marco regulador de la actividad y el fomento industrial, adaptado a los cambios en materia de normas de calidad y fabricación de la UE. Además, fija los criterios en todo lo relacionado con la seguridad y la calidad industrial y permite la intervención y el control administrativo de instalaciones, aparatos, equipos y procesos.

Pero el Gobierno esperó al final de la legislatura para marcarse un nuevo reto: la creación de grandes grupos industriales que apuesten por la innovación. Aguirre considera que el País Vasco no puede mantener por más tiempo una competitividad industrial basada en los bajos costes de mano de obra y necesita dimensión que favorezca la innovación y los productos de mayor valor añadido. El modelo basado en el precio se agota y hay que aumentar la formación y la productividad como vía para generar más riqueza y luego empleo. "Hay que concienciar a las empresas de la necesidad de crecer hasta alcanzar la dimensión óptima para competir en su sector de actividad", señaló la consejera en marzo, en un claro llamamiento a las fusiones, durante la presentación de la estrategia industrial de futuro.

Más allá de los retos de futuro, que marcará el resultado electoral, el balance de la legislatura pasa por un claro impulso a la energía, que busca lograr el autoabastecimiento energético en 2010. Desde 1996, año en que se puso en marcha el Plan Energético 2005, el sector ha invertido en infraestructuras y servicios 1.880 millones de euros. El objetivo de ahorro energético para 2005 era del 10% en la demanda energética y se ha logrado ya una reducción del 8% en la cantidad de energía necesaria para producir.

También se ha cambiado la estructura de producción para reducir la generación de gases de efecto invernadero. La recién aprobada estrategia energética de Euskadi para 2010 promoverá inversiones por valor de 4.900 millones de euros en el sector energético, de los que 423 millones corresponderán a inversión pública, que permitirán reducir la dependencia del petróleo en favor del gas natural y las energías renovables. El propósito del Ejecutivo es reducir la tasa de uso del petróleo del actual 50% al 36%, que el gas natural pase del 22% hasta el 52%, que las energías renovables aumenten del 4% de la producción al 12%, y que el carbón baje del 8% al 2%.

Uno de los principales reveses energéticos del Gobierno es, precisamente, el despliegue de los parques eólicos. La Empresa Eólicas de Euskadi, participada al 50% por el Ejecutivo, mantiene abiertos dos conflictos en sendos parques: Ordunte y Badaia.