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EL FIN DE UN PAPADO | El funeral

Los Reyes, Rodríguez Zapatero y Rajoy rinden el último homenaje al Papa

El Gobierno reparte entre 40 personalidades las invitaciones para el funeral de hoy

La delegación española en los funerales del papa Juan Pablo II, constituida por los Reyes; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, llegó ayer por la tarde al aeropuerto romano de Ciampino en dos aviones diferentes. Primero lo hizo el jefe del Ejecutivo, acompañado por Rajoy. Media hora después desembarcaron los Reyes con el titular de Exteriores. En el aeropuerto les esperaban Zapatero y Rajoy. Todos fueron a recogerse, ante el cuerpo del Papa, en la capilla ardiente de la basílica de San Pedro.

La delegación española en los funerales del papa Juan Pablo II, constituida por los Reyes; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, llegó ayer por la tarde al aeropuerto romano de Ciampino en dos aviones diferentes. Primero lo hizo el jefe del Ejecutivo, acompañado por Rajoy. Media hora después desembarcaron los Reyes con el titular de Exteriores. En el aeropuerto les esperaban Zapatero y Rajoy. Todos fueron a recogerse, ante el cuerpo del Papa, en la capilla ardiente de la basílica de San Pedro.

Además de la delegación oficial, que el Vaticano fijó en un máximo de cinco personas, una veintena de personalidades españolas se han desplazado a Roma para asistir a la misa funeral del Papa, que oficiará hoy a las diez en la Plaza de San Pedro, en su calidad de decano del Sacro Colegio Cardenalicio, Joseph Ratzinger. Todas ellas solicitaron asistir a las exequias. El Ministerio de Exteriores repartió entre los peticionarios las 40 plazas extras que ofreció la Santa Sede para seguir el funeral desde un área reservada.

Los primeros servidos fueron los acompañantes de los Reyes y del presidente: el jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza; su secretario general, Ricardo Díaz-Hochleitner; el secretario general de La Moncloa, Nicolás Martínez Fresno; y el director del gabinete del presidente, José Enrique Serrano, así como un puñado de funcionarios de protocolo y escoltas.

Después, y ateniéndose a los criterios del protocolo del Estado, Exteriores repartió la veintena de entradas restantes entre representantes de comunidades autónomas, parlamentarios, alcaldes y ex presidentes del Gobierno. La dirección de protocolo del ministerio rehusó precisar quiénes, por su escaso rango, se quedaron sin la invitación.

Entre los agraciados figuran los presidentes de Cataluña, Pasqual Maragall; de Valencia, Francisco Camps, y de La Rioja, Pedro Sanz; la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate; los alcaldes de A Coruña, Francisco Vázquez, y de Santiago, José Sánchez Bugallo. También estarán en un lugar de honor Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Jorge Fernández y Federico Trillo, del PP.

Sólo un ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, acudirá a la plaza San Pedro. José María Aznar, que hoy impartirá clase en la Universidad de Georgetown en Washington, no pidió ser invitado. Tampoco lo hizo Felipe González.

Las personalidades españolas invitadas se trasladaron a Roma por su cuenta, acoplándose, a veces, con dificultad en vuelos regulares repletos. En un primer momento el Ministerio de Defensa barajó poner un avión a su disposición para que volaran desde Madrid pero renunció al proyecto, una vez que el propio ministro, José Bono, desistió de viajar a Roma.

A los invitados no sólo les resultó difícil encontrar hueco en los aviones. El alojamiento en una Ciudad Eterna desbordada fue también un grave problema. La Embajada de España ante la Santa Sede ha tenido que hacer filigranas y sólo ha podido conseguir una veintena de habitaciones de hotel.

Los Reyes, el presidente y algún miembro del séquito de la Reina pernoctaron en la residencia del embajador Dezcallar. Los otros integrantes de la delegación oficial lograron habitaciones en un lujoso hotel de Vía Véneto. Al embajador en Italia, José Luis Dicenta, le era difícil alojar a huéspedes en su residencia porque estaba en obras.

Buena parte de las personalidades españolas invitadas, pertenecientes al grupo de los cuarenta, fueron alojadas en casas de diplomáticos españoles e incluso en otras pertenecientes a destacados miembros de la colonia española.

El embajador ante la Santa Sede ofreció anoche una cena privada a la delegación oficial en las exequias del Papa -los Reyes, Zapatero, Moratinos y Rajoy- a la que se sumaron Aza, Díaz-Hochleitner, Martínez Fresno y Serrano. Hoy tenían previsto celebrar un almuerzo en la residencia de Dezcallar al que se hubiesen incorporado algunos prelados españoles. Al final ha sido cancelado. Los Reyes regresarán a mediodía a Madrid.

De izquierda a derecha, Moratinos, Zapatero, Rajoy y el cardenal camarlengo Eduardo Martínez Somalo, ayer en la capilla ardiente del Papa.
De izquierda a derecha, Moratinos, Zapatero, Rajoy y el cardenal camarlengo Eduardo Martínez Somalo, ayer en la capilla ardiente del Papa.EFE

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