Ciutat Vella obliga a cerrar al 95% de los pisos turísticos
El distrito sostiene que persigue dar más seguridad a los vecinos
Las asociaciones que agrupan a las empresas de apartamentos turísticos en Barcelona aseguraron ayer que el nuevo plan de usos de Ciutat Vella forzará a cerrar 810 de los 1.000 pisos que hay en la ciudad y que hasta ahora se han alquilado de forma legal a turistas. El Ayuntamiento sostiene que la normativa, que los empresarios creen "muy restrictiva", cubrirá las demandas de seguridad de los vecinos.
La proliferación de apartamentos turísticos en Barcelona se ha convertido en una de las prioridades para los responsables de Turismo del Ayuntamiento y la Generalitat. Sólo un millar tienen la autorización del Gobierno catalán, que exige la prestación de unos servicios mínimos que Turismo ahora se propone ampliar con la aprobación de una nueva normativa que, además, deberá frenar la aparición de más alojamientos no declarados.
El plan de usos de Ciutat Vella, que se aprobará en mayo, establece que sólo se otorgará la licencia de actividad a los apartamentos turísticos que ocupen toda una finca y dispongan de conserjería. La medida ha disgustado a las 55 empresas barcelonesas que alquilan estos pisos porque el 85% de los 1.000 apartamentos de la ciudad están en Ciutat Vella. Y de estos 850 pisos con autorización del Gobierno catalán, sólo 40 cumplen lo dispuesto en el plan de usos.
Los empresarios hoy presentarán sus alegaciones al Ayuntamiento. "Desde un punto de vista técnico, el gobierno local no tiene competencias para regular estos aspectos, algunos de los cuales deberían modificarse por medio de una ordenanza de Urbanismo que afectara a toda la ciudad", sostuvo el representante de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (AATB), Joaquim Mestre.
Los empresarios se quejaron de que el consistorio tampoco haya elaborado una memoria que explique las razones de estas restricciones y analice el impacto económico que supondrá la medida. "La entrada en vigor del nuevo plan de usos provocaría la extinción de nuestras empresas, que tienen una actividad pujante", lamentó el representante de la Asociación Empresarial de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur), Josep Maria Camí.
El director de Servicios Técnicos del distrito de Ciutat Vella, Helio Lozano, explicó que el nuevo plan de usos responde a las demandas que los vecinos han planteado en numerosas audiencias públicas. "Hay muchas quejas de gente que se siente insegura al ver continuamente a desconocidos en su escalera, y otras tantas de vecinos que no soportan el ruido. Acabamos de recibir una, por ejemplo, de un ciudadano que denuncia que en uno de estos apartamentos se estaba jugando un partido de fútbol", explicó Lozano. "No se trata de eliminar todos estos pisos, sino de procurar que estén agrupados para facilitar la convivencia entre el ciudadano y el turista", agregó. Un portavoz del distrito de Ciutat Vella añadió: "Con indepencia de si tienen o no la autorización de la Generalitat, si incumplen el nuevo plan de usos, no se les concederá la licencia de actividad y deberán cerrar en diciembre de 2006".
"Así no se pondrá freno a los apartamentos ilegales, sino que se perjudicará a un sector joven que declara, paga impuestos y abonará la tasa turística si finalmente se aplica", dijo Camí. Traducido a cifras, en Barcelona hay 1.000 alojamientos de este tipo, lo cual supone 4.000 plazas; la ocupación media es del 68%, aunque los fines de semana alcanza el 90%, y la tarifa por apartamento es de 120 euros por noche. De estas cifras se deduce que un propietario de un piso que costaría 800 euros puede ganar unos 2.500 euros al mes.
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