Soledad Murillo pide que se deje de tratar la conciliación familiar como un asunto de mujeres

La secretaria general de Políticas de Igualdad del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Soledad Murillo, rechazó ayer que se incorpore a los Estatutos de Autonomía que están en fase de reforma, incluido el andaluz, el tema de la conciliación de la vida laboral y familiar como un asunto de género. "Pasemos a una segunda etapa en la igualdad porque mientras hablemos de él como un asunto de género seguirá siendo un asunto de mujeres", planteó.

Durante la jornada organizada por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) sobre Las políticas de igualdad en los Estatutos de Autonomía, a la que asistieron alrededor de 150 representantes de instituciones públicas procedentes de toda Andalucía, Murillo explicó que cada vez se siente "más reacia" a trabajar desde el punto de vista del género porque al final resulta un corsé que condena a las propias mujeres a seguir desempeñando funciones tradicionales. "Tenemos estudiado hasta la saciedad que no conciliamos, pero si no hablamos de géneros si no de individuos podemos negociar de otra manera", aseguró. De igual modo, la directora del IAM, Soledad Ruiz, abogó por "una segunda transición" hacia la igualdad y la ciudadanía.

En respuesta a las intervenciones del público, la eurodiputada socialista Elena Valenciano admitió que la lucha por la igualdad ha sido un éxito "en términos históricos" y destacó el caso español por el avance vertiginoso de las últimas dos décadas. Añadió, sin embargo, que el desarrollo de las ideas feministas se ha producido "sin que ellos lo sepan". "Saben mucho de economía, de política, de infraestructuras, de medio ambiente, pero en esto son analfabetos", indicó.

La eurodiputada reivindicó "espacios de opinión" y "más privilegios" para las mujeres. "Para que nosotras estuviéramos mejor, ellos tendrían que aceptar la pérdida de influencia y privilegios", dijo. Valenciano también observó que los hombres han recurrido a mujeres inmigrantes como "sustitutas" en tareas domésticas y en la prostitución. "Si no las incorporamos, el freno para ellas es evidente pero para nosotras también", advirtió en alusión a la necesidad de integrar a las inmigrantes en la defensa de la igualdad .

En la mesa de debate matinal participó también el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, Javier Pérez Royo, que consideró "llamativo" que se perpetúe la desigualdad entre hombres y mujeres a pesar de que a partir del siglo XVII Hobbes plantea un nuevo contrato social que descansa sobre la igualdad. "El contrato social fue masculino durante esos siglos, las mujeres no entraban en él, pero lo más llamativo es la persistencia de la discriminación de la mujer", reflexionó.

Resistencias masculinas

Pérez Royo señaló que la desigualdad es "el elemento más importante de la constitución material de nuestra sociedad", algo que contrapuso a la constitución formal que consagra un principio igualitario. "Es una cuestión de poder, esta sociedad sigue descansando sobre una desigualdad profunda que se manifiesta en todo", añadió.

El catedrático cree que las "resistencias de los hombres" están detrás de la falta de conmoción general ante el asesinato de mujeres por el mero hecho de serlo. "No se puede convivir con un atentado terrorista, se viviría como una quiebra extraordinaria, pero cada dos días muere una mujer y seguimos conviviendo con eso", comparó.

Pero el catedrático también se refirió a la necesidad de hacer una redistribución en el reparto de cargas. "Y en eso unos ganan y otros pierden", añadió para insistir en la "resistencia" masculina al cambio. Este hecho, a su juicio, está detrás del descenso de la natalidad que representa "la mayor amenaza para la sociedad contemporánea". "Una sociedad que no es capaz de reproducirse y garantizar su supervivencia cuando es más rica no es una sociedad sana", planteó.