Seis candidatos de América

La región que concentra el mayor número de católicos del mundo nunca ha alumbrado a un Papa y así seguirá, según los pronósticos de los especialistas. Es poco probable que el sucesor de Karol Wojtyla sea un latinoamericano, a pesar de que más de la mitad de los 1.071 millones de católicos que vive en el planeta reside en este subcontinente. Brasil y México acaparan el 25% (255 millones) del total mundial. La elección del próximo Papa dependerá de los cardenales europeos, que mantienen la hegemonía en el colegio cardenalicio.

A la hora de mencionar el cardenal latinoamericano con más posibilidades de colocarse al frente de la Iglesia católica, muchos estudiosos del Vaticano coinciden en un nombre: Óscar Rodríguez Maradiaga, de 62 años, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), perteneciente a la orden de los Salesianos. Diplomado en psicología clínica y psicoterapia, fue presidente de la Conferencia Episcopal de América Latina. Su postura a favor de la condonación de la deuda de los países más pobres -compareció junto a Bono, líder de la banda de rock U2, en una campaña contra la deuda externa del Tercer Mundo- es vista con malos ojos por los sectores más conservadores, que le tildan de progresista. Más allá de las etiquetas, el perfil de Rodríguez Maradiaga se sale del retrato robot de un cardenal: toca el piano y el saxo, es piloto de avión y habla siete idiomas.

El argentino Jorge Bergoglio, de 68 años, arzobispo de Buenos Aires, jesuita, aparece en varias listas. Estudió química y es considerado progresista. Tuvo un papel destacado en el intento fallido de lograr un gran entendimiento entre amplios sectores de la sociedad argentina, tras la grave crisis política, económica y social que se desencadenó en diciembre de 2001 que provocó la caída del Gobierno de Fernando de la Rúa.

Los brasileños consideran que el mejor candidato es el arzobispo de São Paulo, Claudio Hummes, de 70 años, considerado conservador en la doctrina, aunque hay quien le ve progresista en lo social. Autorizó al presidente Lula da Silva a pronunciar discursos en misa.

El cubano Jaime Lucas Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana, de 68 años, cuenta en su haber con la histórica visita que el papa Juan Pablo II realizó en enero de 1998 a la isla caribeña, donde fue recibido con todos los honores por Fidel Castro. Fue un viaje controvertido que dejó mejor sabor de boca al régimen castrista que a la disidencia.

También se menciona al colombiano Darío Castrillón, de 75 años, prefecto de la Congregación para el Clero del Vaticano. Entre 1983 y 1991 ocupó la secretaría del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Es contrario a la teología de la liberación, en la línea que trazó Juan Pablo II.

El mexicano Norberto Rivera Carrera, de 62 años, arzobispo de la Ciudad de México, figura en algunas quinielas de papables, especialmente las que manejan los sectores más conservadores. Cuenta con el apoyo de congregaciones como el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. Esta última gozaba de la simpatía de Juan Pablo II, a pesar de que su fundador, el mexicano Marcial Maciel, está bajo investigación del Tribunal Eclesiástico de la Santa Sede tras las graves acusaciones de abusos sexuales vertidas en su contra por antiguos miembros de la congregación.

Volviendo a Rivera Carrera, algunas publicaciones como la revista italiana 30 Giorni le han atribuido buenas posibilidades como papable. La mexicana Líderes Mexicanos tituló en portada en febrero de 2002: ¿El próximo Papa? Norberto Rivera. Rivera ha calificado tales pronósticos de especulaciones sin fundamento. Sus posibilidades, si alguna vez existieron, tienen que haber menguado considerablemente tras la difusión de la noticia de una denuncia penal contra el cardenal y tres miembros de su archidiócesis ante la Procuradoría (fiscalía) General de la República. La denuncia parte de una empresa constructora que ha demandado a Rivera y otros miembros de la jerarquía católica por promover la construcción de un santuario dedicado a Juan Diego, indígena canonizado por Juan Pablo II en su último viaje a México.

Según algunos especialistas, como Bernardo Barranco, vicepresidente del Centro de Estudios de las Religiones en México, uno de los retos del próximo Papa será la tarea evangélica en América Latina, que, en su opinión, se ha convertido en el centro de la disputa entre distintas religiones. "En estos momentos se calcula que cada día 10.000 personas dejan las filas del catolicismo para pasarse a otras religiones o sectas", ha declarado Barranco a la revista Proceso.