Leyes incumplidas
Que la existencia de las leyes no asegura su cumplimiento es una verdad como un templo. Lo más grave y escandaloso sucede cuando, quien después incumple las leyes, es el mismo que las ha aprobado.
Exactamente así ha sucedido con la Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres de 2 de abril de 2003, aprobada por este Consell, que después ha sido el que menos la ha aplicado entre su personal. Lo dice el Síndic de Greuges, Bernardo del Rosal, tras un año de estudio para comprobar el grado de aplicación de esta ley. Ha hecho públicas sus conclusiones en un informe donde dice que de las administraciones inspeccionadas (las diputaciones, las cinco Universidades y diez ayuntamientos, además de la Generalitat) es ésta la que con más alegría se salta su propia ley, contando con menos medidas para favorecer la igualdad.
Especifica que el Consell, a diferencia de otras administraciones, no ha creado para sus trabajadoras ninguna guardería laboral, ni escuela de verano, ni ofrece ayudas sociales para las que tienen hijos menores de 3 años. Es decir, que ha incumplido su propia ley, despreciando los loables fines que pretendía conseguir y reduciéndola a una coartada mediática que certifique su interés en defender la igualdad de derechos de las mujeres.
