La factura de la promoción
Los fabricantes americanos de automóviles acusan la guerra comercial
El siglo XXI no ha empezado bien para los fabricantes norteamericanos de automóviles y el primer trimestre de este año parece que es más de lo mismo. Los "tres grandes" de Detroit -General Motors, Ford y Chrysler- están perdiendo fuerzas y sólo el segundo de la lista mundial, Toyota, ya tiene una capitalización bursátil superior a la suma de los tres norteamericanos. Mientras tanto, la mayor parte de los europeos mantiene una rentabilidad satisfactoria.
La batalla definitiva se dará en la rentabilidad y no en el volumen, y con rentabilidades en torno al 2% es difícil mantenerse en esta industria
Los esfuerzos comerciales de los grandes fabricantes de Estados Unidos de automóviles para hacer frente a la irresistible ascensión de los constructores japoneses y coreanos en el mercado norteamericano están haciendo mella en su salud económica. Tanto General Motors como Ford pierden dinero con la fabricación, pero conseguían beneficios gracias a la aportación de su actividad financiera. En los últimos meses, sin embargo, parece que han entrado en la senda de los números rojos.
A mediados del pasado mes de marzo, los responsables de General Motors hacían pública esta circunstancia, lo que provocaba una caída del 13% en su cotización bursátil. La semana pasada se celebró el Salón del Automóvil de Nueva York, en el que el primer fabricante mundial se convirtió en protagonista involuntario al anunciar un importante reajuste que podría suponer incluso el cierre de algunas plantas en Estados Unidos y el abandono de algunas marcas. Su filial en Europa se encuentra en estos momentos en un programa semejante que supondrá el despido de 12.000 empleados, la mayor parte en Alemania.
Las firmas europeas mientras tanto, aunque no alcanzan las rentabilidades de las japonesas con Toyota a la cabeza, mantienen una situación saneada gracias a su concentración en el mercado europeo y a sus planes de ahorro de costes.
Pero "no se trata tanto de si son japoneses, americanos o europeos", señala José Luis Sancho, socio de Accenture, sino de "si has hecho los deberes o no. Tanto en el ámbito productivo como comercial". Según Sancho, de forma general, los fabricantes americanos tienen una rentabilidad sobre su facturación en torno al 2%, mientras que las firmas más rentables se sitúan alrededor del 10%. Unas firmas que emplean 20 horas para la fabricación un vehículo, mientras que la media se sitúa en torno a las 26 horas. En cuanto a la fabricación en las plantas, algunas se quedan en el 85% de su capacidad productiva, lo que supone un coste importante para las empresas.
Batalla definitiva
De cualquier manera, la batalla definitiva en el futuro no va a estar tanto en el volumen como en la rentabilidad, según Sancho, y "con rentabilidades en torno al 2% es difícil mantenerse en esta industria". Con las guerras de precios y de descuentos, ganas dinero con la financiación y alcanzas grandes volúmenes de venta, pero termina resintiéndose todo el sistema.
Los ganadores serán finalmente las compañías que consigan mantener una rentabilidad por encima de la media, que, además, deberá estar basada en la producción y no en el negocio financiero, que tarde o temprano acaba pasando factura.
Cambios en el podio
Hace poco más de un mes, el propio vicepresidente de General Motors, Bob Lutz, hacía públicos sus temores de que el fabricante japonés Toyota les arrebatara el título de primer productor mundial de automóviles.
Esta misma semana, el diario japonés Asahi Shimbun le ponía fecha a la derrota: el año 2008, en el que el grupo japonés con las marcas Toyota, Lexus, Hino y Dahiatsu fabricará 8,7 millones de vehículos, según sus últimos cálculos. Durante el año pasado fabricaron 7,54 millones de unidades, lo que les sirvió para desbancar a Ford del segundo puesto.
General Motors, que ya decidió abandonar la producción de su marca Oldsmobile en el año 2000, ha anunciado ahora que entre las medidas analizadas para hacer frente a la crisis actual se encuentran también nuevos abandonos. Aunque no han concretado las marcas, se tratará sin duda de las menos rentables, y en ese sentido Lutz ha reconocido que Buick y Pontiac son las más afectadas por la caída de las ventas.
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