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El Parlamento italiano investigará de nuevo el atentado de 1981

Enric González

La investigación sobre el atentado contra Juan Pablo II, cometido en 1981, dispone de nuevos horizontes gracias al hallazgo de documentos de la Stasi (la policía política de la antigua República Democrática Alemana) que apuntan al KGB soviético y los servicios secretos búlgaros como organizadores de una conspiración. El autor de los disparos, el turco Alí Agca, rompió ayer su silencio y aseguró que actuó en solitario.

El senador Paolo Guzzanti, presidente de la Comisión Mitrokhin del Parlamento italiano, anunció ayer que viajará a Estambul para interrogar de nuevo al turco Agca, encarcelado en esa ciudad, y que enviará al Gobierno de Sofía una petición oficial para obtener los documentos de la Stasi entregados a Bulgaria.

La Comisión Mitrokhin, así llamada porque se formó para estudiar las revelaciones del ex coronel del KGB Vasili Mitrokhin, ha investigado durante años la "pista búlgara" tras el atentado contra el papa Wojtyla y se dispone a reactivar sus trabajos. La investigación judicial se cerró sin otra condena que la de Alí Agca, ya que los acusados búlgaros fueron absueltos, pero el fiscal Ferdinando Imposimato declaró que si se confirmara la aparición de nuevas pruebas sería "necesario reabrir el caso".

También se pronunció en ese mismo sentido el antiguo instructor del sumario, el juez Rosario Priore: "La antigua Alemania Oriental y el Gobierno de Bulgaria mantenían contactos destinados a borrar la pista búlgara, ahora es muy importante saber si existen realmente esos papeles y si éstos hacen emerger los hechos y circunstancias que condujeron al atentado", declaró.

"Operación Paps"

Los documentos permanecían custodiados en Sofía dentro de una habitación sellada, y aún no habían sido examinados a fondo. El investigador búlgaro Tzevda Markova declaró al Corriere della Sera que contenían al menos 10 cartas en las que los servicios secretos comunistas hablaban de la "operación Paps", dirigida a eliminar indicios de su participación en el atentado. Markova señaló que los papeles más comprometedores, aquellos que podían incriminar directamente al KGB, la Stasi y la Darzavna Sigurnost, habían sido destruidos.

Agca rompió ayer un largo silencio para asegurar que actuó en solitario y "por decisión de Dios Santísimo". En una entrevista concedida al diario La Repubblica, Agca insinuó que había contado con complicidades dentro del Vaticano. "Sin la ayuda de sacerdotes y cardenales no habría podido cumplir aquel gesto". Y añadió: "Algunos exponentes del Vaticano creían que yo era el nuevo Mesías". Agca fue condenado en 1982 a cadena perpetua.

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