El ex presidente Akáyev quiere volver a Kirguizistán
Askar Akáyev, el presidente que el jueves pasado huyó de la montañosa república centroasiática de Kirguizistán, declaró ayer que está dispuesto a negociar con el único órgano legítimo que actualmente funciona en el país, es decir, con la Cámara de Diputados elegida en febrero y marzo pasados. "Felicito a Omurbek Tekembáyev, el líder de la oposición democrática que fue elegido presidente del Parlamento, y por supuesto que estoy dispuesto a dialogar con él y a ayudar a que Kirguizistán vuelva a los marcos constitucionales", dijo Akáyev en una entrevista telefónica concedida a la radio Eco de Moscú. En muchos lugares de Bishkek ésta fue escuchada en directo por los habitantes de la capital kirguiza, que enviaron preguntas por Internet a su ex líder.
El día anterior, Tekembáyev había hablado de la necesidad de negociar con Akáyev para persuadirle de que dimita. Sin embargo, el mismo Akáyev ayer declaró que no veía ninguna razón para renunciar a su cargo de presidente en estos momentos, aunque reiteró su disposición a dialogar con el nuevo jefe del Parlamento. "Tekembáyev es un político respetado, fue mi rival en las elecciones de 2000 y siempre hemos mantenido una competencia honesta", señaló.
El ex líder de Kirguizistán dijo que pensaba regresar al país una vez que hubiera garantías de su seguridad personal y de su familia. Akáyev aseguró que si le dan esas garantías volverá sin falta. Los nuevos dirigentes -el primer ministro Kurmanbek Bakíyev y el coordinador de las fuerzas de seguridad Félix Kúlov- han señalado que Akáyev tiene inmunidad y puede regresar cuando le plazca, pero éste considera que esos políticos no tienen legitimidad y que las garantías se las debe dar el nuevo Parlamento y su jefe Tekembáyev.
Akáyev insistió en que había dado órdenes a los soldados y policías de no usar la fuerza porque estaba convencido que el más mínimo derramamiento de sangre hubiera conducido a una guerra civil. Verdad es que más tarde, al responder a otra pregunta, el ex líder kirguizo pareció estar arrepentido de haber dado esas órdenes: "La lección que he sacado de los últimos acontecimientos es que hay que defender las conquistas democráticas y hacerlo incluso con la fuerza", señaló. Reconoció que en 14 años de gestión cometió errores, pero destacó el hecho de haber realizado "importantes reformas democráticas y económicas". "En los últimos años habíamos logrado disminuir la pobreza y lo más importante es que había armonía civil, paz en el país", manifestó.
Lucha contra la corrupción
Mientras tanto, Bakíyev, que se desempeña también como presidente en funciones, prometió ayer en Bishkek que la lucha contra la corrupción será su prioridad. "Hay que acabar con la práctica de compraventa de los cargos estatales. Todo intento de designar a gente mediante el dinero será cortado de raíz y los funcionarios responsables de ello serán castigados, independientemente del rango que tengan", subrayó Bakíyev en una reunión con los funcionarios del Gobierno y la presidencia. Además, advirtió de que se deben abstener de inmiscuirse en la campaña presidencial presionando por uno u otro candidato para presidente. "Debemos aprender la lección de las últimas elecciones parlamentarias y en las presidenciales debemos evitar las manipulaciones y lograr que sean transparentes, honestas y justas", señaló.
La nueva oposición reunida en el Comité 27 de Marzo, que considera que se ha producido una contrarrevolución y que los actuales dirigentes kirguizos han traicionado al pueblo, tratará de llegar a un consenso para designar un candidato único que se enfrente a Bakíyev en los próximos comicios. Uno de los pretendientes es el banquero Maratbek Mukáshev, diputado al nuevo Parlamento. Otro es Dzhumalí Kubátov, coronel retirado de la Seguridad y héroe de la guerra soviética en Afganistán.
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