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A MANO ALZADA
Columna
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Un arma arrojadiza

No sé qué pensar del caso Schiavo. Me gustaría no pensar nada pero no me dejan. La prensa, la radio, la televisión hablan del caso de la mujer vegetal de Florida como si se tratara de nuestro fallecido tetrapléjico de La Coruña. ¿Puede morir esa mujer o no puede morir? ¿Van a hacer una película sobre Terri Schiavo antes de que muera? ¿La obligará el gobernador Bush a alimentarse y se la llevará a Hollywood para que recoja personalmente el oscar a la mejor actriz vegetal?

Terri Schiavo ya no es un ser humano. Es un arma arrojadiza de los políticos. Y en Estados Unidos las armas están al alcance de cualquiera. Un chico de 17 años irrumpía esta misma semana en un instituto de Minnesota y mataba a cinco alumnos, una profesora y un guardia de seguridad antes de suicidarse utilizando varias armas de su abuelo. Todo queda en casa aunque nos lo enseñen por televisión.

Dentro de nada los dos Papas se encontrarán en el más allá y desearán reconciliarse
Los partidarios de la pena de muerte ahora exigen que la mujer vegetal prolongue su agonía

Algo parecido está ocurriendo con Terri Schiavo. La pobre mujer quiso adelgazar. Tenía 26 años y un marido muy atractivo. Dijo basta a la comida basura. Pero la dieta le produjo una bajada de potasio y entró en coma irreversible. Lleva quince años así. Vegetal. Hasta que su marido ha recibido los permisos judiciales para privarla de alimentación en el hospital donde está internada desde hace seis años. Los padres de Terri y los hermanos de Terri quieren que continúe siendo un vegetal. Y dicen que si alguien debe morir es el marido de Terri. Los piquetes de cristianos votantes que dan el poder a los republicanos tambien apoyan a Terri no para que muera sino para que no muera. Y ahora exigen que el hermano del emperador de Washington haga uso de sus poderes excepcionales y tome bajo su custodia a la mujer vegetal para que siga en esas condiciones por lo menos hasta las próximas elecciones. La carpa de un circo mediático los cobija a todos.

Esos votantes, y ese gobernador de Florida, son los mismos que no muestran compasión cuando un condenado a muerte es conducido al patíbulo en el estado que, junto con Tejas, más presos mata al año. Los partidarios de la pena de muerte que ahora exigen que la mujer vegetal prolongue su agonía solo tienen que cambiar sus gritos y sus pancartas. En un caso proclaman sí a la vida y en el otro sí a la muerte.

Gregorio XVII

El empleado de la gran finca urbana celestial es decir, San Pedro no podrá negarle acceso al paraíso a un invidente que se creyó papa sin serlo. ¿O lo considerará un ocupa sin derecho alguno a contemplar a Dios Padre? Gregorio XVII ha fallecido el pasado día 22 en el Palmar de Troya. Me pregunto qué mal ha hecho este católico cismático, fundador de una orden carmelita y constructor de una basílica con doce torres de cuarenta metros, para ser tan denostado. Juan Pablo II lo excomulgó en lugar de tomárselo como una broma religiosa. Pero dentro de nada los dos papas, el falso y el auténtico, se encontrarán en el más allá y seguramente desearán reconciliarse.

Antes de acceder al papado Clemente Domínguez era contable de una empresa de seguros en Sevilla. Creyó en las apariciones de la Virgen a unos niños del Palmar de Troya. La Virgen hizo cosas así en Lourdes y en Fátima. No hay nada raro en eso. Ni tampoco en que Domínguez deseara ser sacerdote. Un arzobispo vietnamita lo ordenó. pero él quiso crear su propia orden, como otros santos, y elevar un templo y atraer a miles de fieles de todo el mundo. En parte lo consiguió. También quiso hacer santo a Franco y a Carrero Blanco, además de a don Pelayo.

¿Por qué los franquistas no rezan por su alma y patalean en cambio de rabia cuando la estatua del dictador es retirada de la vía pública? Deberían sentirse muy agradecidos a Gregorio XVII.

Para el Vaticano Clemente Domínguez ha sido un grano en el culo de la curia. Un falso papa es siempre la caricatura de un papa verdadero. Yo lo vi una sola vez hace muchos años pero nunca se hacía arrastrar en papamóvil transparente y blindado, sino que en sus desplazamientos utilizaba una furgoneta de reparto de mercancías. Y la verdad es que eso me gustó mas que lo otro.

Prozac

El psiquiatra y psicofarmacólogo británico David Healy perdió su cargo en la universidad de Toronto por publicar datos que prueban que los antidepresivos de última generación aumentan el riesgo de suicidio. Es decir, el remedio sería peor que la enfermedad. Quieres quitarte una depresión de encima y en lugar de quitarte la depresión te da por quitarte la vida. Y hay más. Si no te quitas ni la depresión ni la vida, todavía puede darte por quitársela (la vida) a un semejante, alguien que a lo mejor no tiene una depresión, lo cual es muy mala cosa desde el punto de vista del semejante.

Su libro Dejemos que coman Prozac habrá que leerlo. Naturalmente no ha merecido el nihil obstat de la industria farmacéutica. Al contrario. El doctor Healy lo explica así (EL PAIS, 22 de marzo): "No es necesario que un nuevo medicamento demuestre que es mejor que los antiguos para tener un lugar en el mercado, porque una vez que ya está disponible el departamento de mercadotecnia de la compañía farmacéutica puede disimular los malos resultados y centrar la atención exclusivamente en los hallazgos que encajan con sus propósitos".

El psiquiatra añade que el riesgo de hostilidad o reacciones agresivas se duplica con estos fármacos de la familia Prozac. Y hostilidad y agresión son códigos que se emplean en la investigación e incluyen el supuesto de homicidio. "Esta familia de fármacos produce una reducción de la actividad emocional que algunas personas encuentran útil, quizá los mas introvertidos. Pero en otros casos lleva a la desinhibición, lo que produce un cambio de personalidad". Más claro, agua.

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