Los ministros de Finanzas de la UE suavizan el Pacto de Estabilidad

Los 25 ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) alcanzaron al filo de esta madrugada en Bruselas un "acuerdo global" sobre el nuevo y debilitado Pacto de Estabilidad que los líderes de la UE aprobarán oficialmente en la cumbre del martes y el miércoles. Como exigían Alemania y Francia, los grandes incumplidores desde 2002 del Pacto vigente, las nuevas reglas incluyen atenuantes y eximentes para quienes rebasen el 3% de déficit, impiden que las medidas correctivas se apliquen de forma automática y amplían los plazos para corregir desequilibrios presupuestarios.

El acuerdo se alcanzó una vez aceptada la exigencia de Berlín de que el coste de la reunificación alemana se descuente al calcular el déficit. "Puedo anunciar con satisfacción que hemos alcanzado un acuerdo global", declaró poco antes de media noche el luxemburgués Jean-Claude Juncker, presidente actual de la UE, del Eurogrupo y del Ecofin. "El resultado ha sido muy positivo", agregó el comisario de Asuntos Económicos, el español Joaquín Almunia, quien lanzó oficialmente la reforma de esa norma básica de la Unión Económica y Monetaria (UEM) el pasado septiembre.

El acuerdo, tras más de 12 horas de reunión extraordinaria, destaca que los límites del 3% de déficit y del 60% de deuda pública son inalterables, pero, al calcular el déficit se tendrán en cuenta (léase se descontarán) "factores relevantes" entre los que destacan los gastos e inversiones públicas para reformas estructurales o para investigación y desarrollo; los derivados de "acontecimientos inusuales" (incluido expresamente el coste de "la unificación europea", es decir, de la reunificación alemana); o las aportaciones a los objetivos de la UE, (a la defensa común, por ejemplo, como exigió Francia hasta el último momento sin lograr que se mencionara explícitamente).

Atenuantes

La fórmula acordada sobre la unificación alemana se recoge en un párrafo en el que se dice que tendrán "especial consideración" al calcular el déficit los esfuerzos presupuestarios encaminados a conseguir los objetivos políticos europeos, "y especialmente los de la unificación de Europa si conllevan un detrimento sobre el crecimiento y la carga fiscal de un Estado miembro". Los periodos de estancamiento o retroceso económico, como los que sufre Alemania desde 2001, serán tenidos en cuenta antes de que a un país se le abra un procedimiento por déficit excesivo.

Tener un déficit superior al 3% del Producto Interior Bruto (PIB) ya no supondrá automáticamente, como ahora, el desencadenamiento de un procedimiento por déficit excesivo, que se inicia con una alerta o aviso y puede concluir con una multa-depósito equivalente al 0,5% del PIB del país infractor.

Además, se amplían los plazos para corregir los déficit excesivos (a tres años, en lugar de uno, a partir del ejercicio en el que se detecta el problema) y se podrán repetir pasos legales en el procedimiento disciplinario contra un incumplidor. Por todo ello, Francia y Alemania, inmersos en el procedimiento por déficit excesivo desde hace dos años, podrán escapar con facilidad aunque este año, como prevén, vuelvan a cerrar el ejercicio con déficit superiores al 3%.

Los buenos alumnos tienen también su premio en este nuevo Pacto, que los ortodoxos llaman ya "a la carta" porque cada país ha logrado incluir lo que deseaba: se les permitirá tener déficit hasta del 1% del PIB (el objetivo en cada ciclo es superávit o déficit cero) si tienen elevado potencial de crecimiento y baja deuda pública, como es el caso de España. Igualmente, Londres consiguió su objetivo de impedir que Bruselas pueda lanzar avisos o alertas si un país en bonanza económica no se sitúa en superávit o déficit cero. Bruselas se limitará en tal caso a difundir "consejos políticos".

La Comisión salva los muebles porque habrá dos limitaciones: los déficit excesivos se consentirán "temporalmente", las desviaciones sólo podrán ser "próximas al valor de referencia (3%)" y deberán reducirse un 0,5% del PIB al año. Estas premisas, junto con el mantenimiento de los sagrados límites del 3% (déficit) y del 60% (deuda pública), llevaron anoche al comisario Almunia a decir que "todas las posiciones esenciales de la Comisión Europea están reflejadas en el acuerdo final", afirmó Juncker. "Hemos aprendido las lecciones del pasado. El Pacto es ahora económicamente más racional y orientado hacia el crecimiento", destacó con satisfacción el ministro alemán, Hans Eichel. "Es un gran día", declaró el francés, Thierry Breton. "Es un buen acuerdo; es la reforma que yo pedía", aseguró el vicepresidente español y ministro de Economía, Pedro Solbes