"China se explica desde su pasado"

Directora del Centro de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Madrid, Taciana Fisac es coautora con Steve Tsang de China en transición. Sociedad, cultura, política y economía. Confía en el avance de China y advierte de lo importante que es conocer el pasado para entender la actual era.

Pregunta. ¿Cómo se explica el vértigo desarrollista de la China de hoy?

Respuesta. Para entender la China contemporánea es fundamental remitirse al pasado y la dinastía Song [siglos X al XIII] nos ofrece algunas de las claves. De un lado, es un periodo de progreso, mejora del nivel de vida y florecimiento de las artes y el urbanismo. De otro, sin embargo, aparece el neoconfucionismo, que es al confucionismo lo que el puritanismo al cristianismo, y se plasma de forma muy evidente en un recorte de las libertades de las mujeres.

P. ¿Qué papel jugó el mercado en esos siglos?

R. En el confucionismo clásico los mercaderes no ocupaban un lugar relevante en la sociedad, pero en los Song tuvieron un fuerte auge. Ellos son los impulsores del urbanismo y las grandes ciudades que comienzan a aparecer entonces. La China actual es un pálido reflejo del esplendor urbanista y comercial de aquélla.

P. Pese a ser el imperio más avanzado de su tiempo, los mongoles, bárbaros según los chinos, conquistaron el país. ¿Quién puede frenar a China ahora?

R. A primera vista, las amenazas a China proceden de sí misma. Si no ataja los déficit que padece en educación, sanidad y medio ambiente, puede encontrarse con serios problemas tanto en el campo como en la ciudad.

P. Pero el medievo chino fue muy rico culturalmente.

R. Sí, con los Song se alcanza el mayor refinamiento de las artes chinas tanto en pintura y caligrafía como en sus maravillosas porcelanas. Su estética es de una delicadeza sin igual, que han sabido conservar magníficamente los japoneses, cuyo arte se inspira en este periodo y en el anterior de los Tang (618-907), mientras que en China las siguientes dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911) adoptan un estilo mucho más recargado, comparable con el rococó europeo, que es el que perdura. Además, se produjo una plenitud literaria que tenía su origen en las aportaciones en poesía de la dinastía Tang. Actualmente, no ha habido un renacer de la cultura china porque de momento toda la sociedad está volcada en hacer dinero. Es cierto, sin embargo, que esta furia mercantilista sólo tiene 25 años y que parte del maoísmo, sumamente destructor con la cultura, mientras que cuando hablamos del esplendor cultural Song nos estamos refiriendo a una dinastía que duró más de tres siglos. Todavía hay tiempo para que se produzca el florecimiento cultural.

P. ¿Qué influencia tuvo el puritanismo Song en la mujer?

R. Supuso un importante retroceso en sus libertades. En realidad, la mujer sólo se liberó en el siglo XX del paso atrás que dio entonces, cuando comenzaron a vendarle los pies, a cerrarle hasta el cuello todos sus vestidos y a imponerle otras nuevas prácticas de sometimiento. El puritanismo sexual se ha transmitido hasta nuestros días, pero los comunistas subieron a la mujer a un plano de mayor igualdad con el hombre. En los nuevos tiempos que corren, sin embargo, asistimos en las zonas rurales a una vuelta a las tradiciones más repugnantes, como la venta de mujeres.

P. ¿Es la democracia una asignatura pendiente?

R. Cuando hablamos del confucionismo como de una ideología que impide la instauración de la democracia, olvidamos que a lo largo de los siglos incorporó muchos componentes del legismo, que es realmente la ideología que hay detrás del despotismo chino y que carece de los elementos humanistas del orden confuciano original. Los mongoles y las dinastías posteriores adoptaron y transmitieron ese confucionismo desvirtuado, e incluso en el siglo XX, el más puro legismo sirvió de inspiración al totalitarismo maoísta. China está actualmente inmersa en un proceso que no necesariamente significa democracia a la occidental.

P. ¿Quiere decir que éste no es un periodo de transición?

R. Es, sobre todo, postotalitario. Significa la salida del periodo más sangriento de la historia universal. Más sangriento, incluso, que el nazismo en cuanto a número de muertos. Pero en China el fin del totalitarismo, al menos de momento, no significa una demanda de pluripartidismo político, sino de lucha contra la corrupción y limpieza del Gobierno y del Partido Comunista Chino.