El origen de la seda en China y la aparición de los samuráis
Una enciclopedia que se precie no sólo debe analizar los grandes acontecimientos históricos y dar las claves de los personajes de relieve, sino que también debe ofrecer datos de la vida cotidiana, incluso de las leyendas. Por ejemplo, en este volumen se cuenta el origen de la seda, cuyo comercio tuvo tanta importancia a lo largo de los siglos. Puede decirse que la vida de China estaba pendiente de un hilo, el de seda, que la puso en contacto con el mundo exterior.
La leyenda atribuye el descubrimiento de la seda a la esposa del Emperador Amarillo, pero el pueblo chino tiene otra explicación más fantástica. Una muchacha se enamoró perdidamente de un caballo y su padre quedó tan disgustado por ello que la mató, la envolvió en la piel del animal y la colgó de un árbol. Días después unos paseantes observaron que aquel extraño conjunto se estaba transformando en un gusano que hilaba un capullo; al abrir éste salió la muchacha sana y salva y con el hilo de seda se dirigió al mercado, donde lo vendió por mucho dinero. La joven se marchó y nadie la volvió a ver nunca.
Otro acontecimiento que se analiza en este volumen, esta vez en Japón, es el de los samuráis, la casta de los guerreros que surgió en el siglo XI. Guardaban lealtad al emperador y a sus jefes, y desarrollaron una forma de budismo en el XIII: el zen, que tanto interés ha despertado en Occidente desde hace 50 años. Buena parte de las películas de Akira Kurosawa se ha centrado en los samuráis y la práctica de esa doctrina.
Babelia
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