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Reportaje:

Por la gracia del...Consejo de Ministros

Un preso será liberado el miércoles por la cofradía de Jesús El Rico tras lograr el indulto del Gobierno

Javier Martín-Arroyo

Al recluso D. B. D. le tocó ayer una lotería muy particular y desde el miércoles no regresará a la prisión provincial de Málaga. "No he dormido desde ayer tarde, cuando supe que estaba en la terna", confesó ojeroso. No era para menos. Por la mañana se jugaba su libertad, que dependía del criterio del Consejo de Ministros, y sin apostar, ganó. La cofradía Jesús El Rico ejerció el privilegio de liberarle al igual que cada año al llegar la Semana Santa. "No, no me lo esperaba", aclaró mientras se revolvía en la silla.

Precedido de un fuerte aplauso apareció a mediodía en una pequeña sala abarrotada por 40 periodistas y cámaras, en chándal, sonriente, con el pelo muy corto y nervioso, muy nervioso. El joven preso realizó un ejercicio de discreción poco habitual en las ruedas de prensa. Casi todo su parlamento se limitó a monosílabos y frases breves, entrecortadas por su risa inquieta. Con las imágenes de Jesús El Rico y el Rey confundidas de fondo, el director de la prisión de Alhaurín de la Torre, Ángel Herbella, a pesar de su juventud anunció con tono solemne la alegría compartida: "Está y estamos emocionados". El protagonista fue en cambio muy reservado y apenas exteriorizó su alegría. "¿Qué tal te sientes?" le preguntaron. "¿Yo? Perfecto, trabajando ya en el Ayuntamiento". No quiso aclarar su nombre ni su delito, aunque negó que fuera debido a las drogas. Sí dijo en cambio que después de dos años por fin disfrutaba del régimen abierto y que trabajaba de jardinero, su oficio de toda la vida, tras hacerlo en el economato durante su estancia en prisión.

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Un privilegio que nació debido a un motín

El próximo miércoles, después de que la Audiencia Provincial propusiera su nombre al Gobierno para el indulto, junto a otros tres reos por delitos leves, acudirá al llamado "acto de liberación" en la céntrica plaza de la Aduana malagueña. Allí esperará vestido con una túnica negra a que el paso acuda en su encuentro mientras es custodiado. Será para firmar el acta que dará un giro a su vida ante el presidente de la Audiencia Provincial, autoridades, y el público que todos los años acude a ver una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa malagueña. A continuación saldrá en procesión portando un cirio y precediendo al trono junto a los 1.852 hermanos de esta privilegiada cofradía. Antes de reiterar las gracias a la cofradía aclaró: "Soy religioso, católico, claro, de toda la vida". Mientras hablaba miraba de reojo al hermano mayor de la cofradía, José Rivas, presente a su derecha en la rueda de prensa. El joven confesó que la prisión también supuso una lección. "En la cárcel se aprenden muchas cosas, como a ser maduro y a apreciar la vida". Gracias al indulto no cumplirá en prisión el otro año y ocho meses que aún le restaban.

El reo, soltero, dio a entender que su mayor preocupación durante su estancia en la cárcel había sido la familia, cuyos miembros habían sufrido más que él mismo durante estos dos años a la sombra. Para finalizar, fue de nuevo lacónico pero revelador: "La familia paga más que uno", sentenció.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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