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Columna
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A por la fiscal Olga Sánchez

La comisión de investigación del 11-M ha decidido prácticamente concluir la fase de comparecencias y dedicar los esfuerzos de cada grupo político, de aquí al 19 de abril, a elaborar sus respectivos proyectos de conclusiones. Habrá una nueva reunión 10 días antes de la citada fecha para estudiar los nuevos documentos solicitados al Gobierno, a iniciativa del Partido Popular. Y, según estableció el presidente de la comisión, Paulino Rivero, si existen hechos relevantes que justifiquen nuevas comparecencias, ello podrá ser considerado una vez más. El comisionado del PP Vicente Martínez Pujalte se apresuró a anticipar que volverá, en esa ocasión, a solicitar nuevas comparecencias.

Ayer, el PP insistió en que la fiscal que investiga en la Audiencia Nacional el caso del 11-M, Olga Sánchez, debe comparecer ante la comisión. Según el comisionado Vicente Martínez Pujalte, la fiscal debe acudir ante la comisión de investigación porque ha realizado declaraciones a la prensa con ocasión del primer aniversario de la matanza. Su colega, Jaime Ignacio del Burgo, apuntó que si otros miembros de la judicatura han comparecido, ¿por qué no ha de hacerlo la fiscal Sánchez?

Varios miembros de la comisión señalaron que ello implicaba una clara interferencia del poder legislativo en el judicial, a lo que Martínez Pujalte replicó:

- Queremos que comparezca para que nos cuente cómo colabora con la investigación que llevan adelante los medios de comunicación.

Con todo, la reunión de ayer, según varios miembros consultados, fue muy suave, casi un trámite. El PP no se mueve un ápice de su planteamiento estratégico al constituirse la comisión: presentarse como una víctima de los demás grupos políticos coligados, excepto Convergencia i Uniò, que suele abstenerse.

¿Se puede aplicar la misma definición a la mayoría dentro de la comisión? ¿Que esta mayoría no cambia su estrategia ni un milímetro y que quiere clausurar, como denuncia el PP, la investigación sobre la autoría de la matanza del 11-M?

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Es difícil poner un signo igual. El PP se presenta como la víctima del 11-M. Por la sencilla razón de que tres días más tarde, el 14-M, perdió las elecciones generales que, según presume, ya tenía más que ganadas. Y, según el PP, la mejor prueba de que hubo una conspiración exitosa durante aquellos tres días que le arrebató el poder, es que los beneficiarios de ella -la mayoría parlamentaria actual- quieren evitar a toda costa que se investigue la autoría de la matanza. Por eso, hay que presentar nuevas propuestas -como ha anticipado Martínez Pujalte ayer- a fin de que la mayoría diga no. En esta perspectiva, cada no es una victoria para la propaganda del victimismo que alimenta el PP.

Nadie podría decir que la ciudadana Olga Sánchez es sospechosa de prejuicios contra el PP. Por eso cuando dice la verdad, a saber, que ETA no le aparece por ningún lado en la matanza del 11-M, el PP debería pensar que su estrategia le lleva a un callejón sin salida.

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