"Me siento cercano a la poesía que respira y conspira contra las muertes diarias"
La poeta Ángeles Mora calificó la poesía de Luis Melgarejo como rompedora. Después de lograr un Premio Hiperión con el Libro del Cepo, Melgarejo desapareció del panorama literario. Una retirada voluntaria mientras preparaba su segundo libro, Los poemas del bloqueo, con el que acaba de conseguir el Premio Zaidín Javier Egea de Poesía. Polémico y provocador, en la actualidad reside en La Zubia, un pueblo del cinturón granadino en el que imparte talleres literarios.
Pregunta. ¿Qué supone el Premio Zaidín Javier Egea?
Respuesta. Supone cerrar definitivamente un libro que lleva ya dando tumbos unos tres años, además de los 3.000 hurones del ala con los que está dotado, que no son moco de pavo. Los factores Zaidín y Egea suponen, además, una gran satisfacción.
P. ¿En qué consisten Los poemas del bloqueo?
R. No sé muy bien en qué consisten, pero sí sé de qué desisten y en qué insisten. Desisten e insisten a partes variables de algunas de las diversas convicciones que estaban ya presentes en el Libro del Cepo. Son una serie de textos cuya articulación es posible gracias a la realidad plena del lenguaje en su ir haciéndose. Visto desde otro punto de vista más sensato, Los poemas del bloqueo no son sino, como ya dijo alguien, carne para filólogos.
P. ¿Qué ha cambiado de la poesía de Melgarejo del cepo al bloqueo?
R. No ha cambiado nada. Sigo pensando en borrarme de todo este tinglado a poco que pueda, a poco que me dejen y a poco que encuentre alguna otra cosa. Así podré seguir escribiendo pero sin la preocupación de tener que, deber de...
P. ¿Qué dificultades y ventajas ha añadido el Premio Hiperión en la trayectoria de Melgarejo?
R. Mucha gente desde entonces no se junta conmigo porque piensa que estaba tongado. Mucha gente desde entonces se me arrima por lo del Hiperión sin más. A estas dos dificultades hay que sumar las que cotidianamente le surgen a una persona que tiene mil cosas más que hacer aparte de estar pendiente de las cuestiones poéticas. Si hablamos de las ventajas creo que aunque sigo siendo un mindundi, para según qué cosas ha resultado que lo del Hiperión viste muncho y muncho. Me lo escribes así si no contraviene el libro de estilo.
P. ¿Se siente cercano a alguna corriente poética?
R. Más bien cercano a textos concretos. Me siento cercano a las corrientes poéticas que laten en el Bogotá Sur de Fernando Quiñones. Esto sin tener en cuenta que lo de las corrientes no deja de ser una soberbia tontería con la que servidora (sic) no deja de estar entrampada a ratos, aunque cada vez menos. Lo que importa es la vida, la escritura que da cuenta de esa vida y que te salva aunque sea dejándote en la lona y seis, siete, ocho, nueve y diez, y da igual porque luego te levantas y sabes algo. Me siento cercano a la poesía que indaga en la texturas sonoras, a la poesía que respira y conspira contra las muertes diarias, a la poesía que trata de hacer de todas una y de una todas.
P. ¿Cuál es la situación actual de la poesía granadina?
R. Pues la verdad es que no lo sé. Yo es que vivo en el pueblo y cada vez bajo menos. Me va mejor así. Mejor para todos así.
P. ¿Existe una poesía oficial?
R. La que va de uniforme igual es la oficial, no sé. La que te encuentras cuando rellenas una solicitud también. Los clásicos igual vendrían a ser oficiales tal y como vienen llamándolos. La oficiosa sería la que, como dice una amiga, guardamos todas en el cajón de las bragas y a nadie enseñamos.
P. ¿Para qué sirven las antologías?
R. Para hacer regalos, engrosar currículos, hacerse ideas vagas, pelearse con la gente a la que no han incluido, poner cara de qué hago yo metida en esto, llegar a textos a los que igual hubieras tardado un año más en llegar de no habértelo encontrado antologado, y para producir, justificar y luego enseñar en las escuelas la tabla rasa.
P. ¿Qué ha sobrevivido de la Otra Sentimentalidad? ¿Se considera cercano a la experiencia?
R. Sobreviven las gentes y los textos. Yo aprendí la primera poesía en algunos de los textos de lo que se llamó la Otra Sentimentalidad. En este sentido sí, me siento cercano. Más que cercano agradecida.
P. En el fallo del jurado Ángeles Mora le consideraba un poeta rompedor. ¿Qué tiene de ruptura su poesía?
R. Pues no sé, imagino que el no encontrar problema alguno en terminar un verso con algo así como es que no sé ya si... También por el esguince verbal que se produce en algunos textos y el específico trabajo de la textura sonora sin buscar esencias ni otras vainas, sino a partir del lenguaje como propiedad de nadie, como capacidad humana en constante reajuste y como cambio y territorio enorme y fértil.
P. ¿Es posible en la actualidad una poesía social comprometida?
R. No es que sea posible, es que es de hecho. Pero mucho ojo: toda poesía es social y toda poesía está comprometida. Sólo que hay que ver con qué, con quiénes.
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