El Consell califica a Zapatero de insolidario

El primer año de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no ha podido ser peor para la Comunidad Valenciana desde el punto de vista de la Generalitat. Víctor Campos, vicepresidente del Consell, no escatimó ayer adjetivos descalificativos hacia la labor del gobierno socialista en el balance de su primer aniversario. De "insolidario, débil y sectario" lo motejó, para añadir que no tiene criterio político como lo demuestra el hecho de que "las autonomías que más creen en el Estado, como la Comunidad Valenciana, son las peor tratadas por el Gobierno".

El vicepresidente Campos se atuvo fielmente al guión que viene siguiendo el Consell en sus relaciones con el Gobierno de Zapatero: el agua, las señas de identidad, la financiación sanitaria, la Copa del América y el AVE no son una realidad, están cuestionadas o sufren un serio retraso porque la "hoja de ruta" del Ejecutivo socialista no tiene en cuenta a la Comunidad Valenciana porque "parece vivir acomplejado por el chantaje de sus socios nacionalistas". Y en este contexto, según Campos, "para recibir atención y que se oigan tus reivindicaciones, has de situarte en una posición de confrontación, crispación y enfrentamiento". Una postura que es criticada por el Consell.

Para ilustrar la marginación de los valencianos, Campos puso algunos ejemplos. El trasvase del Ebro: "Su derogación fue un fraude político". La Copa del América: "La actuación [del Gobierno ha sido] irresponsable y temeraria. La falta de compromiso está siendo alarmante". El AVE: "Se están incumpliendo los plazos. No parece una infraestructura prioritaria para el Gobierno de España". Las señas de identidad: "Hay una ausencia de compromiso político con la Comunidad Valenciana". Ejemplos claros, las palabras del presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio, sobre la posibilidad de una comunidad nacional catalana que incluiría el territorio valenciano, o la "falta de apuesta y respaldo a nuestra lengua" por parte de Zapatero. La financiación sanitaria vigente, que aceptó el consejero Rambla: "Un acto de insolidaridad". Y de añadido la falta de directrices en materia universitaria y ni una sola obra nueva de las reclamadas por los agricultores en materia hidrológica.

Para que quedara claro que sus críticas no eran catastrofistas, Campos señaló "muy pocas" medidas positivas del gobierno Zapatero: el convenio de carreteras entre Fomento y la consejería de Infraestructuras, "que todavía no se ha firmado" y el convenio, éste sí firmado, con el Ministerio de Defensa para que el Hospital Militar de Valencia se incorpore a la red sanitaria pública valenciana.

Para hacer frente a estas políticas "de desplante", la Generalitat ha diseñado el plan de infraestructuras "más ambicioso de la historia", subrayando el programa "Construyendo Salud" y la mejora de instalaciones educativas y culturales.

Las palabras de Campos fueron contestadas por el portavoz adjunto del PSPV en las Cortes Valencianas. Andrés Perelló dijo que Camps y Campos se han quedado "sin terreno de juego porque están desorientados y despistados". Recordó que en la Copa del América la Generalitat no ha desembolsado ni un euro, que las obras hidráulicas previstas por el PP para 10 años se iban a llevar a cabo en 3, que el número de agentes de las fuerzas de seguridad se iba a incrementar más que cuando el consejero Cotino o Camps estaban en la Delegación del Gobierno y concluyó asegurando que lo que le ocurría a Campos es que estaba nervioso desde que la fiscalía anticorrupción actuaba de oficio.